El arte del tatuaje ha encontrado en Víctor Ramos a una de sus figuras más destacadas. Con siete años de experiencia, el tatuador ha logrado llevar su talento a un nivel excepcional, transformando la piel humana en verdaderas obras de arte surrealista.
Su evolución artística ha sido impresionante, comenzando con un enfoque en el realismo y evolucionando con el tiempo hacia un estilo más personal y arriesgado: el surrealismo.
Aunque el tatuaje realista fue su primer amor, Ramos ha encontrado en el surrealismo un espacio sin límites, donde la imaginación cobra vida a través de trazos vibrantes y formas inesperadas.
«Aunque domino el realismo, mi verdadera pasión está en plasmar ideas surrealistas en la piel», confiesa Ramos. Sus tatuajes no son solo decoraciones, sino ventanas a universos imaginarios que cuentan historias únicas.
Para él, cada pieza de arte es el resultado de una colaboración profunda con sus clientes. «Cada tatuaje comienza con una conversación, un boceto y luego dejo que la creatividad fluya. Es un proceso en el que tanto el tatuador como el cliente aportan algo», explica. Esa conexión con la persona tatuada es, para Ramos, lo que hace que su trabajo sea tan especial. La satisfacción de ver el rostro de sus clientes al ver el tatuaje terminado es su mayor recompensa.
En su carrera, las convenciones han sido clave. Además de ser una vitrina para su arte, le han permitido compartir experiencias con otros tatuadores y seguir aprendiendo.
«Las convenciones son una experiencia muy particular. Conoces a artistas que comparten tu pasión y puedes intercambiar ideas y técnicas», reflexiona.
Más allá de su destreza artística, Ramos también se distingue por su compromiso con la seguridad y el bienestar de sus clientes. Con un protocolo higiénico estricto, se asegura de que cada experiencia sea no solo única, sino también segura.
«Es fundamental que la experiencia sea agradable y segura», enfatiza, demostrando su responsabilidad en cada detalle de su trabajo.
Cada tatuaje que Ramos realiza es más que una obra estética; es un testimonio tangible de las vivencias y emociones de las personas. Para él, el tatuaje es un viaje continuo de aprendizaje y reinvención, un proceso en el que convierte las narrativas de vida en arte permanente.
Así, Víctor Ramos continúa dejando su huella en la piel de quienes se acercan a su estudio, creando un espacio en el que cada persona puede llevar consigo una parte de su historia, inmortalizada para siempre a través de la tinta y la aguja.
Reconocimientos a Víctor Ramos
Ramos ha participado en convenciones internacionales de tatuaje en América y Europa, donde ha cosechado numerosos premios, destacándose en categorías como realismo y color. Entre sus logros más significativos, resalta el primer lugar en la «Convención Tattoo Mitad del Mundo» en Ecuador en 2018, el galardón al mejor tatuaje en color en el «Tattoo Music Fest» de Bogotá en 2022, y el título de «Mejor Tatuador» en la «Tattoo Convention Rastatt» en Alemania en 2024.