La aplastante victoria en el balotaje del domingo en Chile del ultraconservador José Antonio Kast estaba pintada. No tanto por la insatisfacción de los chilenos con la gestión del izquierdista Gabriel Boric, sino por la corriente política que ha cobrado fuerza en América Latina tras el retorno al poder en Estados Unidos del magnate Donald Trump.
Por mejor que hubiera sido el Gobierno de Boric y más emotiva la candidatura de la comunista Jeannette Jara, era muy difícil impedir, en un escenario como el actual, la victoria de Kast. Aunque tampoco puede pasarse por alto el 42 % alcanzado por la izquierda en medio de un panorama tan adverso. Por más autosuficientes que se consideren, los chilenos prefirieron no arriesgarse.
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Los aranceles de Trump, que lo han comprobado con el cobre, son una dura realidad. Kast se suma a las victorias legislativa de Javier Milei, en Argentina; Rodrigo Paz, Bolivia, y la segura de Nasry Asfura, en Honduras. Todos de derecha. Por supuesto, cada administración tendrá que imponer su propio sello en la mejoría de las condiciones de vida de la población, para lo cual el respaldo de Estados Unidos será fundamental para eludir el riesgo de las frustraciones.

