Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

 

Aida Trujillo Ricart

http://aidatrujillo.wordpress.com/

Miguel Hernández, poeta y dramaturgo español

Nacido en el seno de una familia humilde en Orihuela (Alicante), el 30 de octubre de 1910, Miguel Hernández Gilabert se crió en un ambiente campesino siendo, ya de niño, pastor de cabras. No tuvo acceso más que a estudios muy elementales por lo que fue desarrollando, de forma autodidacta, su capacidad poética gracias a ser lector asiduo y apasionado de la poesía clásica española. Llegó a formar parte de la tertulia literaria de su pueblo natal en donde conoció a Ramón Sijé con quien trabó una grande y profunda amistad. Allí también se relacionó con la que más tarde se convertiría en su esposa e inspiradora de muchos de sus poemas, Josefina Manresa.

A partir del año 1930 comenzó a publicar sus poesías en revistas como “El Pueblo de Orihuela” y “El Día de Alicante”. En esa década viajó a Madrid en donde colaboró en varias publicaciones y se juntó con los poetas de la época. Conoció a Vicente Aleixandre y a Pablo Neruda, con quien fundó la revista “Caballo Verde para la Poesía”.

A su regreso a Orihuela escribió “Perito en Lunas” en donde se revela el influjo de los autores leídos a lo largo de su infancia y de los que conoció en su viaje a la capital. Más tarde se estableció en Madrid y trabajó como redactor en el “Diccionario Taurino” de Cossío, en las “Misiones Pedagógicas” de Alejandro Casona y colaboró en importantes revistas poéticas españolas. Durante esos años escribió los poemas “El silbo vulnerado”, “Imagen de tu huella”, siendo el más célebre “El rayo que no cesa” (1936).

Las ideas marxistas de Neruda ejercieron una magna influencia sobre el joven Miguel, se alejó del catolicismo e inició una evolución ideológica que lo llevó a tomar un compromiso combativo en la Guerra Civil Española. Durante la contienda contrajo matrimonio con Josefina Manresa, publicó diversos poemas en las revistas “El Mono Azul”, “Hora de España” y “Nueva Cultura”, dando numerosos recitales en el frente. El fallecimiento de su primer hijo (1938) y el nacimiento del segundo (1939) incrementaron la inspiración de su obra poética.

Al finalizar la guerra, Miguel intentó salir del país pero fue detenido en la frontera con Portugal y condenado a pena de muerte. Dicha sentencia le fue trocada por la de treinta años. No llegó a cumplir dicha condena debido a que murió de tuberculosis en la prisión de Alicante, el 28 de marzo de 1942. Mientras se hallaba en la cárcel completó “Cancionero y romancero de ausencias” (1938-1941). Utilizando las formas tradicionales de la poesía popular castellana, expresó, con un estilo escueto y espontáneo, su profundo abatimiento por la separación de su mujer y de su hijo y el desasosiego que le producían los efectos devastadores de la guerra durante la cual compuso “Viento del pueblo” (1937). Esa nueva creación incluyó la «Canción del esposo soldado», dedicada a su mujer, y otras muy célebres como «El niño yuntero» y “El hombre acecha” (1938) adoptando un estilo denominado “poesía de guerra”.

En la obra de Miguel Hernández se reflejan, asimismo, influencias de Garcilaso de la Vega, Góngora, Quevedo y San Juan de la Cruz, etcétera. Sé que me quedo corta escribiendo sobre este maravilloso poeta, uno de mis predilectos, que tan rica en su arte, breve (no llegó a cumplir los treinta y dos años de edad) y trágica vida tuvo.

Aída Trujillo Ricart http://aidatrujillo.wordpress.com/

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