Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

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Celebración del 18 de julio en España
Durante 40 años las festividades españolas eran religiosas excepto esta. Incluso el primero de mayo se tornó en “San José Artesano”. La simbología franquista del 18 de julio fue clave para el dictador Francisco Franco, que denominó todas las instalaciones públicas con la fecha de fundación de su régimen.

En Melilla, el capitán republicano Virgilio Leret luchó por la democracia hasta que se le acabó la munición en la madrugada del 18 de julio de 1936. Sus compañeros militares se habían rebelado contra el Gobierno un día antes. Él fue fiel a sus votos hasta que acabó con un brazo roto y fusilado esa madrugada. Aquella fue la primera de una gran lista de víctimas de la guerra que alcanzó el balance de 40.000 personas, el 70%, aquel verano.

Aquellos que trabajan por cuenta ajena y perciben un salario mensual, cuando llega el mes de junio reciben una paga a la que se le conoce popularmente como “la extra de verano” que se remonta a la década de los años 40 del pasado siglo XX.

En un momento en el que España intentaba salir del bache económico consecuencia de la Guerra Civil, el gobierno del General Franco decidió compensar a los trabajadores por el encarecimiento del nivel de vida y la caída de salarios, e ideó esta gratificación extraordinaria en el año 1947, después de haberlo hecho con la de Navidad en el 1945.

Con los años, esas dos pagas extraordinarias pasaron de ser el salario de una semana al de la mensualidad total que percibía el trabajador.

Tras el fin de la dictadura franquista y con la llegada de la democracia, estas gratificaciones extraordinarias siguen realizándose, pero la del 18 de julio pasó a denominarse la “extra de verano” y la de la Natividad del Señor a la “extra de Navidad”.

Hay que destacar el hecho de que esas pagas extras eran, y son, un añadido a las doce retribuciones mensuales que percibe el trabajador. No obstante actualmente hay numerosas empresas que las prorratean entre las 12 mensualidades de su salario.

Incluso hay quienes las dividen entre catorce. De ser así, ambas pagas pierden el sentido de “extraordinarias”. Pero, aunque su origen es franquista, son muy bien recibidas por los asalariados, como es lógico.

El Nacional

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