Opinión

WhatsApp

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Mi padre me dijo que por la vida había que ir con la frente en alto. Entonces, llegó WhatsApp»Cuando esté a veinte minutos, te envío un WhatsApp» o «escríbeme por WhatsApp la dirección exacta» son ejemplos del nivel de cotidianidad que ha alcanzado esta aplicación, que se ha ganado el derecho a convertirse en un símbolo de nuestra sociedad.

En el 2014, Facebook pagó 19,000 millones de dólares por esta aplicación que ya tiene mil millones de usuarios. Su foco principal era la posibilidad de mandar pings entre usuarios, sin importar la distancia que les separara: con el tiempo ha añadido novedades como envío de fotos, vídeos, ubicaciones, grupos, mensajes de voz, y llamadas. – todo totalmente gratis.

Como adulto mayor, vacilé en profundizar en esta tecnología. Para mí el teléfono llenaba todas mis necesidades. Sin embargo hoy, el teléfono celular es como una prótesis del cuerpo, que sirve de agenda, despertador, correo electrónico, máquina de fotos, radio, etc. Algunos no lo apagan ni para dormir y muy pocos lo usan para llamar.

Este nuevo modo de comunicación, que traslada la oralidad a lo escrito. En ocasiones puede causar incomprensiones ya que antes, el habla estaba acompañada de gestos, que junto al tono daban la intención del mensaje, pero ahora, al no estar enfrente, debes auxiliarte de signos, iconos, y garabatos, para explicitar el mensaje.

Hoy, estoy en tres grupos de WhatsApp: Familia, Promoción Medicina 1978, y Evangélico Central 1970, y créanme es desconcertante encontrar que hay más de 500 nuevos mensajes diariamente. Lo maravilloso es poder re-encontrar al unísonos, amigos y compañeros de antaño. -gente que no escuchábamos desde hace mas de 30 años.

Cosas que me sorprende: gente que era muy callada y reservada ahora se muestran extrovertidas, y viceversa. Lo otro es como la globalización y la posibilidad de conexión permanente, hace que se pierda la definición de qué es lo público y qué es lo privado.

Ej. Cuando entras, cuando sales, la hora que vas a dormir, etc.

Indiscutiblemente, WhatsApp ha causado una revolución igual a la imprenta en 1444 y me alegra ser testigo de ello.

El Nacional

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