Cuando se pierde el poder político, lo que antes pudiera parecer banal, nimio, intrascendente y trivial, se torna admirablemente relevante.
El filósofo y crítico social, Cornelius Castoriadis, abordó el concepto de la insignificancia con una cosmovisión de fenómeno colectivo, es entendible pues, que, en la organizaciones políticas, sociales, religiosas y deportivas, siempre existen individuos con la capacidad de pronosticar los acontecimientos en el tiempo.
Manifesté en una entrega anterior que la lucha a destiempo por la candidatura presidencial en el Partido Revolucionario Moderna, está creando todas las condiciones objetivas para una división, que le costará la pérdida del poder, aún y cuando se reconoce que el presidente Luis Abinader, ha tenido buen manejo de la economía con estabilidad macroeconómica entre otros aspectos.
La pregunta es obligada: ¿Dónde está el presidente de PRM, José Ignacio Paliza? ¿Por qué guarda silencio? ¿Esperará un deterioro irreversible para hacer prevalecer el respeto en la entidad que dirige?
Las organizaciones políticas que carecen de voces críticas están llamadas al fracaso. En el PRM, la voz de Guido Gómez Mazara, se ha elevado a lo más alto, en busca del respeto a las normas democráticas y en procura de que esa ‘’locura colectiva’’ de aspirantes a la candidatura presidencial, no los lance a la eterna oposición.
El presidente de INDOTEL ha enviado dos cartas públicas al presidente del PRM, José Ignacio Paliza. Basta leerlas para percibir que tienen valor histórico, pues señalan con precisión las consecuencias políticas, económicas y sociales, si se llegara a perder el poder por irrespeto a la democracia interna de esa organización.
Realmente, la verdadera fábrica de presidentes, está en el PRM, sólo que desconocen que convertir un diamante en bruto en una pieza hermosa y costosa, implica todo un proceso de tiempo.
El concepto de tiempo en política es vital. Y este no es el tiempo de esas luchas internas que carcomen sus estructuras partidarias en presencia de una sociedad que les observa atentamente. Se necesitan más voces críticas como la de Guido.
Por: Ramón Rodriguez
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