Libre Pensar Opinión

La Semanal con la prensa

La Semanal con la prensa

Oscar López Reyes

(I)
La Semanal con la Prensa se ha enquistado en el espacio de diálogo gubernamental más innovador, abierto y dinámico en la generación de noticias preeminentes. El presidente Luis Abinader ofrece declaraciones, a pecho abierto, en contraste con Rafael Leónidas Trujillo, a quien un periodista no se atrevía a tirarle una solita pregunta.A las 5 de la tarde de cada lunes el jefe de Estado saluda a los concurrentes, en el salón de las Cariátides del Palacio Nacional. Expone un tema e inmediatamente cede la tribuna a los periodistas para que le formulen preguntas, que responde con sinceridad y se auxilia de funcionarios.

Después del ajusticiamiento de Trujillo hemos avanzado, y ahora el Índice Chapultepec de Libertad de Expresión 2023 de la tan exigente Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) revela que la República Dominicana ocupa el primer lugar en el respeto a los medios comunicativos en las Américas, muy por encima de Estados Unidos, que alcanzó el 60.79%.

Trujillo fue implacable con la prensa. Cuando le interesaba dar a conocer noticias u opinión, llamaba a los cuatro o cinco periodistas que cubrían la fuente palaciega, que se acomodaban en su biblioteca. Les dictaba y no había la más mínima pregunta, porque quien osaba someterla tenía que abstenerse a las consecuencias. En 1956, a Manuel de Jesús Javier García (El Caribe), le impusieron un censor militar para examinar, maquillar y suprimir palabras, frases o párrafos de sus trabajos.

El mandante dictador tuvo como vocero de prensa a Ramón Marrero Aristy, quien propició la flexibilización/distensión de prensa y en los primeros días de 1959 le autorizó a instalar una oficina de prensa en Nueva York. Ordenó al jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), Johnny Abbes García, su eliminación, con lo que sumaron 30 los periodistas asesinados en sus 30 años.

En 1963, César Cruz Mordán fungió como enlace de prensa del presidente Juan Bosch. Se le deportó a Puerto Rico tras la asonada golpista de ese año. Bosch ha sido el gobernante más prejuiciado, de mal genio y difícil de relacionar con los periodistas, a muchos de los cuales en las décadas de 1980 y 1990 sometió a la Justicia.

El mandatario de los 12 años (1966-1978), Joaquín Balaguer se tornaba despreciativo hacia la prensa y para abordarlo había que aprovechar circunstancias especiales, como las reuniones de cada miércoles de la Comisión Nacional de Desarrollo, las misas dominicales de la capilla de la Casa de Gobierno y las inauguraciones de obras.

En 1973 decidió presidir una rueda de prensa, en la mañana de cada jueves y le tiraban preguntas variadas y mordaces, que respondía, en ocasiones exaltado. Singularizó por el desorden, por cuyas razones fue suspendida. Durante su administración, numerosos periodistas cayeron abatidos a balazos.