Estados Unidos se encuentra hoy al borde del precipicio financiero porque si a la medianoche la Casa Blanca y el Congreso no arriban a un acuerdo sobre la extensión del Presupuesto Federal, más de 800 mil trabajadores de la administración pública serán enviados a sus casas y millones de servidores no tendrían certidumbre de cobrar sus salarios.
La Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano, aprobó el sábado una ley que extiende la vigencia del Presupuesto hasta final de diciembre, con la previa condición de que el presidente Barack Obama disponga retrasar por un año su reforma sanitaria, lo que el mandatario ha definido como un chantaje.
Aunque en Washington creen que antes de la 12:00 de la noche se alcanzaría un acuerdo para ampliar el techo de la deuda, el presidente Obama ha reiterado que no bloqueará su programa Obamacare, por lo que tampoco se descarta que su gobierno amanezca en bancarrota técnica.
Es previsible que el Senado, controlado por los demócratas, rechace la iniciativa republicana de vincular por vía de una ley la garantía de continuidad del Presupuesto Federal con el bloque del Obamacare, que proveería de seguro social a millones de estadounidenses y residentes legales.
El de esta medianoche sería el primer cierre del Gobierno Federal en 17 años. Dos anteriores (1995 y 1996) ocurrieron durante el gobierno demócrata del presidente Bill Clinton, ocasiones durante las cuales la Casa Blanca pudo alcanzar acuerdos con el liderazgo conservador, pero esta vez, se ha dicho que la extrema derecha republicana (Tea Party), ha impuesto en la Cámara de Representantes la línea dura de cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
La Casa Blanca se adelantó al colapso administrativo con el envío de millones de circulares a millones de empleados no esenciales a quienes les advierte que quedarían cesantes a partir de hoy o que no cobrarían los días durante los cuales se mantenga el cierre del Presupuesto Federal que también provocará la suspensión de la mayoría de los servicios públicos ordinarios, incluido la recogida de basura.
El presidente Obama está ante la difícil disyuntiva de aceptar el estatuto aprobado por los republicanos en la Cámara Baja, que evita el cierre del Gobierno, deja sin fondo al sistema sanitario o de que su Administración se aboque a un colapso financiero sin precedentes, que se llevaría por delante las aspiraciones del Partido Demócrata de mantener control sobre el Ejecutivo.
Por tratarse de la primera economía del mundo y porque Estados Unidos es el primer socio comercial de República Dominicana, desde tierra insular se formulan votos por un arreglo político entre la Casa Blanca y el liderazgo republicano, antes del colapso que se anticipa para esta medianoche.
