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Abinader y la ética

Abinader y la ética

Rafael Santos

Luis Abinader está inscribiendo su nombre en el sagrado libro de la historia como un Presidente ético. Sabemos que dentro de su plantilla de funcionarios y hasta del partido mismo que lo postuló (y el que según se observa lo postulará otra vez) hay ciertos nubarrones que en sus momentos tendrán que ser esclarecidos.

Contrario a como ocurre con otros que han pasado por el solio presidencial, no creo que el actual mandatario pudiera salir salpicado cuando en el futuro la gruesa tela de las disidencias le toque desempeñar el tan delicado papel de acusador.

Para nadie es un secreto que el hombre se ha sabido manejar con criterios éticos. Con una responsabilidad y un sentido de la humildad muy diferente a la que en sus momentos algunos de sus antecesores también trataron de exhibir, en donde es loable reseñar que hasta se creyeron infalibles y dotados de tanta perfección, que sus acólitos trataron de llevarlo a la cima de la divinidad.

Luis Abinader tiene en el importante cargo de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG) a otra persona que como él, ha sido ejemplo ante la sociedad y el mundo de transparencia y seriedad, como lo es la doctora Milagros Ortiz Bosch, una persona que usted puede o no estar de acuerdo con ella, sin embargo, sus infinitos ribetes de seriedad tal y como lo tiene su “jefe” inmediato, nunca han estado en la picota de la opinión pública para ser puesta a prueba.

Sabemos que al igual que el Presidente y la misma Ortiz Bosch, el país cuenta con otros importantes referentes morales, los cuales y de acuerdo a los intereses de cada quien tendrán que ser enarbolados en su justo momento.