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Acoso escolar

Acoso escolar

Rafael Emilio Bello Diaz

El Senado aprobó el proyecto de ley que adiciona el artículo 12 a la ley 136-03 que prohíbe el acoso o intimidación escolar a través del Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes. En el Párrafo I se indica la obligatoriedad de hacer la denuncia por ante la dirección del centro educativo.

El acoso escolar, denominado bullying en inglés, es un tipo específico de violencia, caracterizado por comportamientos violentos reiterados sobre la misma persona, agresiones a nivel físico y psicológico, desigualdad entre el agresor y la víctima, y la intencionalidad del agresor de hacer daño.

Constituye un problema, debido a las afectaciones que se pueden generar en las víctimas en aspectos como: su rendimiento académico, estado de ánimo y disminución de la autoestima, los cuales pueden llevar incluso a la deserción escolar.

Las consecuencias del acoso escolar se perciben tanto en víctimas como en agresores, e incluso en los espectadores. En las víctimas se puede presentar: ansiedad generalizada, depresión, abuso de sustancias y suicidio. En cuanto a los agresores, buscan el reconocimiento del grupo. Y, entre los espectadores, se puede generar la sensación de que ningún esfuerzo vale la pena para la construcción de relaciones positivas.

En las instituciones educativas, el acoso escolar se constituye en una preocupación, pues afecta la convivencia de los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje. Los estudios sobre el acoso escolar evidencian problemas de convivencia y desarrollo de competencias ciudadanas.

El problema afecta tanto a los miembros de las instituciones educativas como a quienes no lo están, convirtiéndose en un problema social. Esto debido a que los estudiantes, no apropian conductas de tolerancia que permitan una convivencia más agradable en las comunidades donde se desenvuelven. La sensibilización en el aula, entendida como el cambio de actitudes y comportamientos en los estudiantes, se realiza a través de actividades que fomentan los valores de una sana convivencia, permitiendo el desarrollo de comunidades más justas y solidarias. Las actividades de sensibilización involucran: el conocimiento del significado de las groserías empleadas en el trato diario, el intercambio de expectativas y temores para un mejor conocimiento de los demás, y la necesidad de cambio individual para lograr una buena convivencia.

Otro factor que incide negativamente en la convivencia escolar es la formación de grupos cerrados dentro del aula, lo cual limita la posibilidad de interacción de los estudiantes, potenciando la rivalidad entre estos. Para superar este aspecto, varios autores han propuesto estrategias de tipo socio grupal, basadas en el aprendizaje colaborativo, que buscan desarrollar conductas prosociales a través de la empatía.

Por: Rafael Emilio
Bello Diaz

rafaelemiliobellodiaz@gmail.com

El Nacional

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