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Advierten sedimentación podría dejar la presa de Valdesia fuera de servicio

Advierten sedimentación podría dejar    la presa de Valdesia fuera de servicio

Este nivel de sedimentos podría poner en peligro, en corto tiempo, la operación de los generadores de la presa de Valdesia.

Es figurativo el pensar en el deceso de algo material puede valer un réquiem; pero si ese material es soporte de la vida, como es el agua, bien lo puede valer.

El embalse de Valdesia suple de agua potable las ciudades de Santo Domingo, San Cristóbal y Baní. La pérdida de capacidad de almacenamiento del mismo podría hacer precaria la existencia de los ciudadanos de estas ciudades.
En cuanto a su capacidad de suplir de agua a los habitantes de la ciudad de Santo Domingo, la CAASD recibe de Valdesia el 35% del agua que suple a los usuarios.

Aproximadamente un flujo equivalente de un metro cúbico por segundo se deriva del flujo del embalse para suplir el acueducto de San Cristóbal.

En la provincia Peravia, comunidades en las cercanías de Bani, han esperado por algo más de diez años para obtener el imprescindible líquido. Las comunidades de Paya, Matanzas, Arroyo Hondo y Las Carreras no reciben agua potable; pese a que la expansión del acueducto de Baní se inició en el 2008. Este acueducto recibe un flujo de agua de un metro cúbico por segundo del indicado embalse.

Valdesia registra una merma significativa en su capacidad de almacenar agua. Dragado, drenaje por desagües de fondo y varios planes de reforestación han sido acciones que se han dirigido a mantener la operación del embalse.
El 13 de octubre de 2020 El Nacional publicó que el nivel de sedimentos acumulados desde el talón de la presa se encontraba a tres metros de la toma de agua de los generadores de energía. Este nivel de sedimentos podría poner en peligro la operación de dichos generadores.

Durante el período 2008 a 2011, las turbinas hidráulicas instaladas aguas debajo de la presa de Aguacate se llenaron de sedimentos. Esto significó la interrupción de las operaciones de la principal unidad de generación hidroeléctrica a la fecha, por cuatro años. Los párrafos anteriores “musicalizan” el introito del réquiem.

Agua y energía, son elementos críticos para el desarrollo de las actividades de la población del país. Sustituir la generación eléctrica y el suministro de agua de los embalses mencionados de la cuenca del río Nizao, sería costoso.
La preservación de estos recursos es tarea perentoria. La opción de no hacer nada no es un “sucedáneo perfecto” para su preservación.

El proceso de acumulación de sedimentos en Valdesia se puede apreciar en fotos de Google Earth.
Los sedimentos acumulados, sobre el nivel de la superficie del agua, no eran visibles en el 2007, pero una década después la situación había cambiado, y era visible en 2017.

La capacidad de almacenamiento del embalse era de 187 millones de metros cúbicos (1976). Para 2006, el embalse había perdido el 50% de su capacidad, por acumulación de sedimentos.

Hay opiniones de que las presas aceleran la degradación en las cuencas y constituyen elementos negativos para el ambiente.

En la cuenca del río Ocoa no existe embalse alguno, y la situación de ese río ante el proceso de erosión de los suelos en dicha cuenca, no es mejor que la situación de la cuenca del río Nizao.

Indiscutiblemente, los futuros planes de construcción de presas deben estar precedidos por cambios en el uso de los suelos, en la parte alta de las cuencas hidrográficas.

La causa de las pérdidas de capacidad de almacenamiento de agua en embalses, reducción de la generación hidroeléctrica y del caudal del río Nizao y sus afluentes, es la agricultura migratoria en las laderas de las montañas.

Como resultado de esta actividad, los suelos se erosionan y las laderas producen sedimentos que las lluvias arrastran hacia los ríos y arroyos. Estos los depositan en los embalses de las presas.

El “kyrie” de este réquiem incluye notas gráficas de efectos de la erosión de reducción de la disminución de la capacidad de almacenamiento del embalse de Valdesia.

La cuenca del río Nizao incluye otros embalses como: Jigüey, Aguacate y el contra embalse de las Barias. Estos tres embalses también incluyen turbinas hidroeléctricas. No menos importante es también el suministro de agua para riego para cultivos en tierras llanas, aguas debajo de Valdesia.

Hay imágenes de satélites que muestra la proximidad del nivel de sedimentos a la entrada de turbinas de generación.
Finalizar con el Agnus Dei implica replantear las notas de las soluciones a este problema. La reforestación futura de las laderas podría complementarse con franjas de gramíneas entre filas de árboles, perpendiculares a la dirección de las pendientes.

Esto puede reducir el costo de cambiar el uso del suelo en las laderas de montañas.
El fin del réquiem debe ser el deceso de la agricultura migratoria en las laderas de montañas. De otra forma, Valdesia podría convertirse en una costosa cascada de concreto.

Por: Alberto Veloz
aveloz03@gmail.com

El Nacional

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