Nadie está en desacuerdo en que los medios de comunicación sean utilizados para proteger los derechos de los ciudadanos y promover buenas prácticas ciudadanas.
Pero en la resolución del Ministerio de Cultura para destituir al director de la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, Joseph Báez, hay a todas luces otros intereses en juego.
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La decisión defendida por la ministra Milagros Germán está relacionada con un carné de locución otorgado a la influencer Amelia Alcántara. Está en duda si la acreditación como locutora se hizo de manera irregular o en violación de alguna norma.
Si Alcántara como panelista del programa Fogaraté atentó contra la moral y las buenas costumbres procedía entonces que se le sancionara a ella. Como ha ocurrido con otros locutores o comentaristas. El desliz por la tangente oscurece más el caso.