Salvo muy contadas excepciones, los efectos del cambio climático, esas perturbaciones provocadas por el aumento de la temperatura, no han sido una preocupación por estos lares. En ninguna circunstancia. Pero ahora que el ministro consejero de Estados Unidos ha dado cuenta de las amenazas para una industria tan dinámica como la turística, las variaciones atmosféricas son para verlas con más interés y no con esa indiferencia que raya en la ignorancia.
Los indicadores que citó Daniel Foote sobre las consecuencias del cambio climático constituyen una escalofriante señal de alerta roja. Basta con saber que República Dominicana figura entre los 10 países más vulnerables del mundo, que ha perdido más del 70 por ciento de sus arrecifes coralinos y que inversiones en infraestructuras construidas en playas por valor entre 52 y 100 millones de dólares están amenazadas. “Virtualmente –acotó- todos los recursos marinos están en riesgo”.
Ojalá que a nadie se le ocurra catalogar la advertencia del diplomático estadounidense sobre los efectos del calentamiento global como una falsa alarma. Y menos refutarla con argumentos baladíes, sin primero verificar si es verdad que el país pierde playas a un ritmo que podría ser catastrófico para el turismo y el futuro de la economía. Un sector que representó el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que genera más de 200 mil empleos directos y que en 2012 aportó 4.5 mil millones de dólares debe ser cuidado con esmero.
Como la gente por aquí no está en eso, tal vez no se ha dado cuenta o no le han hecho caso a los crecientes niveles del mar, temperaturas más calurosas, salinización de los acuíferos, frecuentes inundaciones y otros fenómenos que, según Foote, están relacionados con el cambio climático, un problema que tiene que ver con todos los factores de la vida.
Al hablar como orador invitado en el almuerzo de la Cámara Americana de Comercio, el diplomático citó un estudio del Banco Mundial según el cual sólo en la última década los niveles del mar han aumentado más de un 50 por ciento con relación a los 100 años. Advirtió, además, que de no tomarse las previsiones, dentro de cinco años República Dominicana será la quinta nación más vulnerable del mundo ante el crecimiento del tamaño de los océanos.
Tratándose del problema ambiental más importante a que se enfrenta la humanidad y con los efectos que de alguna manera se sienten sobre el país es hora de prestar atención al problema para no atribuir a la naturaleza cualquier fenómeno que pudiera evitarse o reducir su impacto con solo abocarse desde ahora a un cambio de modelo. Foote ha recomendado depender menos de combustibles basados en carbón y transformar las matrices energéticas para que sean más limpias y renovables. Tal vez no sea la única opción, pero algo tiene que hacerse.

