El Padrino y la pareja

En “El Padrino”, la mejor película de la historia ha servido para seminarios en negocios, evaluaciones de desempeño, y ¿por qué no?, Para organizar grupos mafiosos. Posteriormente convertida en saga con dos versiones, también la más popular del cine (con la única segunda parte que ha ganado el Oscar a la mejor película, emulando su antecesora), pero también ha servido para brindarnos una visión de la relación de pareja, y que siempre hay que velar y cuidar de la familia.

En varias oportunidades se escucha al Padrino, preguntar a sus allegados “Si cuidan de la familia”, y que lleven una relación de pareja en armonía. Hay una escena fantástica que es la aparición de Michael Corleone, ya establecido como Jefe de la Familia, ante su antigua novia Kay, la que tuvo que abandonar al escapar a Sicilia luego de matar a Sollozo y al capitán MacCluskey, y vean este interesante diálogo que sostienen, el cual me sirve como mensaje en este noviembre dedicado a la prevención de la violencia de género:

Michael, ante la inquisición de Kay, de por qué él estaba haciendo lo que antes renegaba de su familia, que él mismo había dicho que no era como su padre; él le responde: “Ahora trabajo para mi padre. La antigua vida de mi padre se acabó. ÉI lo sabe. Dentro de 5 años, la familia Corleone será respetable. Créeme. Es todo lo que puedo decirte”.

Kay: “Michael, ¿por qué viniste aquí? ¿Por qué? ¿A qué buscarme ahora? Me cansé de llamar y escribir”. Michael: “Vine porque te necesito, y porque te quiero”. Kay: “Por favor, cállate”. Michael “Quiero que te cases conmigo”. Kay: “Ya es muy tarde”. Michael: “Kay… Haré lo que me pidas, para compensar lo pasado. Eso es lo importante”.

Kay: “Lo importante es que seamos el uno para el otro”.

Eso de necesitar a otro puede ser más importante que el “amor”, así entre comillas como casi siempre debe estar, pero es bueno que se entienda, no es color de rosa, la necesidad del otro es primera, y puede resultar “algo más que salud”.nominaciones, seguido de Juan Luis Guerra, con seis, y C. Tangana, con cinco.