Editorial Opinión

Amor e interés

Amor e interés

El informe presentado por la comisión bicameral sobre el proyecto de reforma a la ley 87-01 de Seguridad Social constituye el pistoletazo que inicia lo que debería ser una profunda y saludable discusión en torno a nuevos esquemas que conducirían los regímenes sobre fondos de pensiones y seguros de salud.

Lo único que se tiene claro es que en el propio texto de esa ley se dispone su revisión cada diez años por lo que hace tiempo que ha debido ser reformada porque su vigencia plena data de casi dos décadas y porque en ese tiempo muchas de sus prerrogativas han quedado desfasadas o disfuncionales.

El proyecto de reforma planteado por esa comisión bicameral pone énfasis en el régimen pensional, al reducir los márgenes de utilidades que perciben las administradoras de esos fondos, así como limitar su poder de escoger los nichos de inversión, potestad que sería regenteada principalmente por el Estado.

En cuanto al régimen de salud se propone eliminar el poder de veto que poseen en el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) y representantes de los empleadores y trabajadores patronales y sindicales, facultad que sería exclusiva del Estado.

La Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP) ha sido la primera en subir al cuadrilátero, al advertir que la propuesta de esa comisión congresual pretende eliminar el actual sistema de ahorro individual para implementar “un mecanismo de reparto estatal”.

Esa entidad, representativa del sector financiero, cree que como ha sido diseñado, ese proyecto de reforma a la ley de Seguridad Social causará que los afiliados pierdan el derecho a sus fondos de retiro digno y representaría una alta carga fiscal para el Estado.

La Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud (ADARS), aun no se ha referido a ese proyecto, pero hace más de cinco años que adelantó que algunas de propuestas contenidas en ese documento procuran retrotraer la seguridad social a “un modelo asistencial estatizado e ineficiente”.

Cualquier discusión sobre reforma al régimen pensional y al seguro familiar de salud debe partir de la necesidad de revertir un sistema de Seguridad Social que no brinda garantía a los trabajadores y empleados de recibir una pensión digna ni tampoco asistencia medica efectiva al individuo y su familia. Se requiere elegir entre amor e interés.

El Nacional

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