Hubo un sonoro aplauso en el auditorio del BC el viernes 18 de octubre cuando en la celebración del septuagésimo séptimo aniversario de la institución, se anunció que el gobernador Valdez cumplía 50 años de servicio en el banco.

Partiendo de esta realidad podemos decir que Valdez se cría profesionalmente en el Banco Central, y lo cierto es que hay una razón de peso para poner sus títulos bien altos: tiene una dilatada trayectoria vital y profesional limpia en las funciones públicas en un país como República Dominicana en donde los personajes públicos se prefieren construir con una gran acumulación, no sólo de sospechas, sino de hechos graves e indelicadezas administrativas. Por ello su conducta da la respuesta a los problemas que la sociedad corrompida plantea.

Pero además este competente economista logra ahora otro récord: en sus cincuenta años de servicio ocupa el cargo de gobernador, el más duradero en mucho tiempo. Personalmente pienso que es un referente moral y ético para el mundo político en donde su influencia e incidencia es enorme y los presidentes con quienes ha servido se han acercado al pensamiento de Valdez Albizu y no al contrario como piensan quienes sienten molestia con su permanencia en el cargo. Claro, se trata de aquellos en que el egoísmo aflora en este tiempo de servilismo y no de honrada vida del servicio público.

En esa personalidad burocrática no pesan sombras de corrupción. Pero, eso sí, ha demostrado decisión a la hora de aplicar los poderes de la ley Monetaria y Financiera sin que impere la incertidumbre sobre la previsibilidad. Y lo hace para proteger la economía del país y los ahorros de los dominicanos.

Realmente pienso que el éxito de sus decisiones está en que siempre es analítico y nunca apresurado; nada dado a excesos, comprometido con la realidad que, junto a su talento como economista y funcionario, sigue con los pies en la tierra. Sólo nos queda homenajear una vez más la gran función que desempeña.