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Aplausos y rechazo

Aplausos y rechazo

En este hermoso y sufrido país son muchos ‘locos’ que andan por calles y avenidas, campos y ciudades, diciendo o haciendo cosas que nadie espera. Por lo tanto, no dudemos que algunos salgan a vocear “abajo el gobierno” y otros “arriba Luis Abinader” en cualquier tarde o noche de este diciembre.

Para eso existe aquí libertad de expresión, la misma que da derechos a blancos y negros, reaccionarios e izquierdistas, a manifestar sus ideas y concebir acciones. De este preciado bien que es la libertad (la de expresión, prensa, movilización, crítica, etc), muchos hacen un uso correcto y otros no.

Los que han vivido bajo gobiernos dictatoriales, civiles o militares, ponderan con ecuanimidad el valor de las libertades públicas y el respeto a los derechos de todos.

Por esto veo como algo normal que unos pocos repudien este gobierno, mientras un 70 por ciento lo respalde.
Prefiero un gobierno donde pueda hablar y escribir, llamar o moverme hacia donde me interese, a uno donde no se permitan esas acciones.

Muchos opuestos a Bosch en 1962-1963, después de derrocado, tuvieron el valor de defender su mandato, pues a nadie se persiguió, apresó o se deportó.

Si los que dicen ser inocentes de las tantas travesuras cometidas en el pasado gobierno lo son, pues que lo prueben ante un Ministerio Público sumamente independiente. Y podrían ganar los próximos comicios.

Miriam Germán Brito jamás aprobará que se tomen represalias en contra de nadie, o que se instrumenten falsos expedientes, o que se condene a inocentes.

Ella no actuará desde la cabeza del MP como lo hicieron algunos anteriores. Aunque se lo pidiese Abinader, cosa que dudo haría un tipo que trabaja 16 y 18 horas de cada día para mejorar la salud de este pueblo, la crisis eléctrica, la educación gratuita, el seguro médico excelente, la siembra de rubros, apertura de vías y una serie de acciones tendentes a cambiar un poco este país.

Concluyo con una frase expuesta en una funeraria de Villa González que me suministra el ingeniero Vinicio Lembert y que me hizo hasta reír:

“Al fin llegaste a tu casa, mi buen amigo; no me mires si no quieres morir”. Que andan por calles y avenidas, campos y ciudades, diciendo o haciendo cosas que nadie espera. Por lo tanto, no dudemos que algunos salgan a vocear “abajo el gobierno” y otros “arriba Luis Abinader” en cualquier tarde o noche de este diciembre.

Por: Luis Fernández

El Nacional

La Voz de Todos