El respiro con la anulación de los aranceles a las importaciones dispuestos por el presidente Donald Trump duró poco. La sentencia del Tribunal de Comercio que tumbó los gravámenes fue dejada sin efecto por un tribunal de apelaciones.
Sin embargo, la batalla judicial en torno a los polémicos aranceles no ha terminado. El tribunal otorgó plazos de una y dos semanas a las partes para que presenten sus alegatos antes de adoptar una decisión definitiva.
Así las cosas, es obvio que la decisión final sobre los aranceles la tendrá el Supremo estadounidense.
La corte estableció que el mandatario violó los límites de su autoridad al aplicar gravámenes a las importaciones sin autorización del Congreso.
República Dominicana, que está entre los países afectados con un 10 % a las exportaciones a Estados Unidos, tuvo que interrumpir la celebración por la eliminación de los aranceles.
El mandatario estadounidense ha encontrado en la justicia un importante contrapeso ante sus decisiones. Algunas medidas se han caído y otras han tenido que esperar el visto bueno de los tribunales. Trump podrá ganar la batalla, pero será apoyándose en las leyes.