Los cartuchos y armas de grueso calibre, como AR-15, M4, MK-16 Scar y otras, incautadas por la DNCD en Santiago en un operativo denominado KAF, ponen sobre el tapete la proliferación de los letales artefactos en el país.

Sin caer en especulaciones lo más probable es que las armas formen parte de un viejo negocio que ha operado con relativa impunidad, o sea que no tengan otra finalidad que el comercio.

Pero son las autoridades las que tienen que determinar la finalidad de los seis fusiles, dos pistolas y 6,796 cápsulas ocupados durante varios allanamientos, en los que se detuvo a dos personas y también se incautaron 4 millones de pesos y más de 17 mil dólares.

Haití no se descarta. Por supuesto intriga la utilidad de los cargadores para fusil calibre 5.56 x 45, marca Pro Mag, que viaja tres veces más rápido que la velocidad del sonido y causan al impactar en el cuerpo la mayor cantidad de heridas en el menor tiempo. Esos cargadores, según las autoridades, fueron creados para fusiles de largo alcance.

Las armas decomisadas utilizan minuciones tan finas y pequeñas que pueden llegar a destruir sistemas nerviosos, perforar órganos y por supuesto causar la muerte de las víctimas.

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Como en los últimos tiempos son muchas las armas que se han incautado las interrogantes saltan a la vista. Es necesario por tanto que se investigue a fondo el caso porque es posible que se esté en presencia de una banda internacional que tenga a este país como uno de los ejes en el negocio.