Por: Joseph Caceres
josephcaceres.net
Hoy 18 de abril se celebra el Día Nacional del Locutor en República Dominicana, instituido por medio del Decreto Número 4476, que fue publicado el 2 de abril de 1974 por orden del expresidente Joaquín Balaguer Ricardo.
Esta fecha fue escogida por ser la primera vez, que la entonces Dirección General de Telecomunicaciones en el 1938, llevó a cabo exámenes para conceder carnet oficial a los locutores en Santo Domingo, con la intención de regularizar la radiodifusión nacional.
Luce una paradoja que se escogiera la fecha para conmemorar y recordar ese hecho, a juzgar por lo que ya desde hace tiempo acontece, que no se exige ni se requiere un carnet de locutor para trabajar en la radio leyendo noticias, o animando música.
El Día del Locutor llega en una época de grandes cambios y transformaciones en la radio, en que los locutores musicales han sido sustituidos por programas de computadoras que colocan la música, los comerciales y las promociones, y son muchos los animadores musicales o disc-jockeys que se encuentran sin trabajo o realizando otros oficios.
Lo mismo ha ocurrido con los de noticias, a raíz de la desaparición de los noticiarios radiales, que se transmitían en tres emisiones, con locutores en cabina y en las transmisiones de unidades móviles.
Los programas de comentarios y entrevistas interactivos han ocupado su lugar con la participación de comunicadores que han sustituido a los locutores.
Locutores profesionales han tenido que trasladarse a emisoras de radio caseras, online, que transmiten a través del internet, no en el aire, por las ondas hertzianas.
El panorama es sombrío para los profesionales del micrófono enmarcados en el concepto tradicional del locutor.
El carnet de locutor, que anteriormente se exhibía con orgullo es cosa del pasado, porque hoy día no sirve para nada.
De todas maneras celebremos el Día del Locutor.
Como también hay que celebrar que el presidente Luis Abinader haya concedido una pensión a 65 locutores, luego de que en el pasado gobierno se desestimaran las solicitudes que El Círculo de Locutores hacía en beneficio de sus miembros, veteranos de la locución.
