La Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía reaparece tomando medidas en contra de programas de televisión que consideran violan normas y preceptos morales con sus escenas y vocabulario.
Y no le hacen caso…La vida sigue igual, como dice la canción que canta Julio.
Recuerdo que en el pasado los merengueros lanzaban temas ofensivos y groseros, a propósito, con el fin deliberado de que fueran prohibidos para llamar la atención y conseguir promoción y propaganda gratuita.
En los años 70’s me desempeñe como inspector de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, y provoqué la prohibición de algunos merengues, como «Los Limones», del Conjunto Quisqueya, «Victor y Memelo» de Félix del Rosario, posteriormente “Ley Seca”, de Johnny Ventura, entre otros.
Recuerdo que algunos merengueros lanzaban sus pleberías musicales y ellos mismos me llamaban para que diligenciara la prohibición de los mismos, por «indecentes».
Pensaba que era en son de burla, pero luego me di cuenta de que lo hacían para promoverlo, igual a como ahora sucede, que la gente hace cosas buscando «likes» y «views» en las redes sociales. Pienso que lo mismo está ocurriendo en algunos programas de televisión, lo cual me hace recordar al inefable Howard Stern, la figura más irreverente y controversial de la radio en los Estados Unidos.
Sus programas en cadenas nacionales como NBC, CBS, Fox eran los de mayor audiencia, pero a su vez los más vulgares, groseros, infames, lo que generaba quejas y protestas de la gente decente que le escuchaba.
Pero nadie podía con él. La Comisión Federal de Comunicaciones lo multaba y Howard se burlaba y los parodiaba.
Hasta un juez ordenó en una ordenó su prisión, y no se concretó.
Tuvo el congreso que intervenir en su contra. Multaron el medio en donde tenía su programa, y este a su vez le canceló.
Howard se fue entonces a una emisora satelital, donde hace su programa tres veces a la semana, sin restricciones, porque en la radio por satélite no existen regulaciones como las de la broadcasting.
Santo remedio…Aquí probablemente no se pueda mandar a nadie al satélite. Pero si pudieran disuadir la aplicación de elevadas altas multas a los transgresores de las leyes, la moral, y las buenas costumbres.
Verán cómo se acaba el relajo.