Barahona, Las Guazaras.- Un comando armado asaltó anoche la estación de combustible ubicada próximo a la entrada de la comunidad Las Guazaras, en la que fue herido el administrador.
Según el dato ofrecido por la Policía los asaltantes cargaron con una suma indeterminada de dinero y otros artículos de venta en la gasolinera.
De acuerdo a las informaciones obtenidas a las 9:40 de la noche de ayer domingo, cuatro sujetos abordo de un carro Sonata, gris, se presentaron a la gasolinera armados de pistolas y escopetas.
Los cuatro sujetos interrumpieron la tranquilidad de la noche como una escena de película provistos de tres pistolas y una escopeta, con guantes en sus manos, procedieron a apagar las luces y poner en el piso a los trabajadores.
Testigos contaron que los miembros de la banda procediendo luego a tomar una valija que contenía el dinero de la venta del día, introduciéndola en un bulto, así como bebidas y otros artículos de venta en la estación de combustible.
Los asaltantes golpearon, además, el administrador de la estación de combustible, identificado como Claudio Emil Valdez, quien recibió golpes en distintas partes del cuerpo.
Un vendedor de la gasolina dijo a los medios que luego de tener en sus manos la valija con el dinero y las bebidas, procedieron a realizar varios disparos y salir raudos y veloces en el vehículo, con el objetivo de atemorizar a los empleados.
Temprano en la mañana de este lunes, la estación de combustible no estaba ofreciendo servicio al público y una colaboradora del área de administración, dijo que no podían dar a conocer qué cantidad de dinero se llevaron los asaltantes, debido a que ahora procederán a realizar una inspección para determinar la suma robada.
Esta mañana oficiales de la Dirección Central de Investigaciones Criminales de la Dirección Regional Sur de la Policía acudieron al lugar a realizar las pesquisas correspondientes sobre el hecho.
Acordaron con los empleados de la estación de gasolina enviar los vídeos de anoche del establecimiento, a los fines de identificar a los asaltantes, quienes tenían sus rostros cubiertos con pasamontañas y las manos cubiertas con guantes para evitar ser detectados por sus huellas dactilares
