Nueva York (EFE).- Una azafata de un jet privado de SpaceX acusó al magnate Elon Musk por un caso de acoso sexual dentro de un avión de la compañía de la que él es dueño, pero la denuncia no prosperó tras un acuerdo por el que SpaceX le pagó 250.000 dólares a cambio de su silencio, asegura el portal Business Insider (BI), cuya fuente es una amiga de la afectada.
Musk ya ha reaccionado en su cuenta de Twitter negando los hechos, alegando que la persona que dio su testimonio es “una activista de extrema izquierda de Los Ángeles” y que “el único objetivo (de los que sostienen la denuncia) era interferir en la compra de Twitter”, añadiendo que el periodista escribió su artículo sin haberle consultado.
Según el artículo, Musk había contratado un jet privado para un viaje a Londres en 2016 y pidió un masaje como parte de los servicios disponibles para altos ejecutivos, y en mitad del masaje le mostró su pene en erección a la masajista -quien inicialmente había sido contratada como azafata- y le tocó sus muslos, diciéndole que si accedía a sus deseos podría “comprarle un caballo”, pero ella se negó.
La azafata, cuyo nombre no se desvela, fue finalmente despedida en represalia por no acceder a los deseos de Musk, y contrató entonces a un abogado, pero en 2018 la compañía SpaceX le propuso un pago de 250.000 dólares para no llevar el caso a los tribunales y nunca más referirse a él, en una reunión de su abogado en la que estuvo presente el mismo Musk, siempre según el artículo.
Ni la azafata ni su abogado han querido hablar con el medio, mientras que el vicepresidente de Space X, Christopher Cardaci, ha dicho que no piensa “hacer comentarios sobre acuerdos de conciliación».
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Musk ha elegido responder vía Twitter, utilizando la cuenta de una periodista de Fox News, y en sus comentarios ha añadido- “Tengo que retar a esa mentirosa que asegura que su amiga me vio ´expuesto´- Describe una sola cosa -un tatuaje, una cicatriz, lo que sea- que el público no conozca. No podrá hacerlo, porque nunca sucedió”, zanja.
El magnate de origen sudafricano está envuelto en una espiral de polémicas desde hace varias semanas, cuando hizo una primera oferta por la compra de Twitter y luego ha estado desdiciéndose y volviéndose a contradecir, entre rumores persistentes de que planea con ello rebajar ese precio o renunciar a la venta.
Además, ayer mismo entró en otra controversia cuando el selectivo índice Standard & Poors 500 retiró a su compañía de automóviles eléctricos Tesla de una lista de empresas que respetan ciertos compromisos sociales y ambientales, acusando a Tesla de discriminación racial y malas condiciones de trabajo en una de sus plantas.