El caso del hombre que murió en circunstancias misteriosas en el destacamento de la Policía de Ocoa, dos días después de ser detenido, es otra mancha para la imagen del cuerpo. Más cuando se afirma que el cadáver de José Gregorio Custodio, que fue enviado a la oficina de Patología Forense, en Azua, presentaba golpes.
Pero todavía el deceso ocurriera por alguna otra causa habría que determinar entonces si no hubo negligencia tras la detención.
Las versiones indican que Custodio fue apresado el sábado en estado de embriaguez tras una querella por violencia doméstica.
Los familiares informaron que cuando tomaba se tornaba violento. Pero la muerte en el destacamento ha levantado una ola de duros comentarios sobre los procedimientos de la Policía. Si hubo exceso o negligencia la Policía tiene que dar un ejemplo, estableciendo responsabilidades.
El Nacional
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