El presidente Joe Biden, aunque cosechó grandes logros en la creación de empleos y la estabilidad de la economía, ha dejado un legado gris tras su salida de la Casa Blanca.

La inflación generada por las decisiones contra la covid-19 se citan entre los verdugos de su gestión, pero la incapacidad de su gobierno para resolver conflictos internacionales también le pasaron factura.

Solo al final de su mandato logró que Israel pausara la horrorosa masacre en Gaza en represalia por los atentados terroristas del grupo Hamás perpetrados el 7 de octubre de 2023.

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Se calcula que más de 47 mil palestinos, en su inmensa mayoría ancianos, mujeres y niños, murieron en los bombardeos de Israel a hospitales, refugios, escuelas y campamentos, aparte de los miles y miles de desplazados.

Biden tampoco logró impedir la invasión de Rusia a Ucrania, así como tampoco resolver una guerra que además de elevar las tensiones impactó en el alza de los alimentos y otros productos.

A pesar de algunos destellos de última hora, entre los que destacan el alto al fuego entre Israel y Hamás, la incapacidad y ambivalencia de Biden tornan gris su legado dentro y fuera de Estados Unidos.