Editorial

Buena vecindad

Buena vecindad

En la reunión de ayer entre los cancilleres de República Dominicana y de Haití, ambas naciones retoman el camino del diálogo permanente, con la reactivación de la Comisión Mixta creada hace 24 años que ayudará a evitar tensiones al fomentar nexos basados en buena vecindad.

Los ministros Roberto Álvarez y Claude Joseph firmaron un protocolo para reparar tres pirámides que identifican los límites fronterizos, para lo cual las partes designarán una comisión técnica que realizará un levantamiento topográfico, así como elaboración de planos y maquetas.

Queda claro que esos pilotes se instalarán en los mismos lugares de los anteriores, incluidas las pirámides comunes 238 y 252 que quedaron sepultadas bajo agua producto de la crecida del lago Azuei, a consecuencia de lo cual se generó desplazamiento de comunidades haitianas hacia territorio nacional.

La Comisión Mixta Domínico-Haitiana, que los cancilleres acordaron reactivar, se erige como el instrumento idóneo para que Haití y República Dominicana promuevan proyectos conjuntos de desarrollo y diriman asuntos concernientes a comercio, aduanas o cualquier otro diferendo de naturaleza coyuntural.

Ese organismo sería un buen recipiente para la cooperación internacional requerida para impulsar iniciativas binacionales, toda vez que República Dominicana, por su condición de economía de renta media, no sería beneficiaria de programas dirigidos a economías de mayor vulnerabilidad, como la haitiana.

Temas como seguridad fronteriza y control migratorio no deberían formar parte de esa parrilla de acuerdos y compromisos, aunque sí de cualquier adenda de cooperación, en el entendido de que los asuntos relacionados con la soberanía no se negocian.

Haití representa el segundo mercado para las exportaciones dominicanas, por lo que la Cancillería tiene el compromiso de acompañar a esa nación en todos sus requerimientos de asistencia económica por parte de la comunidad internacional para que el vecino supere su inestabilidad financiera e incertidumbre social y política.

La visita del canciller Joseph y los acuerdos firmados con su homólogo dominicano, auguran unas relaciones domínico-haitianas de mayor comprensión y mejor calidad para dos pueblos que el destino obliga a compartir la isla Hispaniola en un ambiente de buena vecindad, mutua cooperación, consciente cada cual del lado de la frontera donde deben estar asentados.

El Nacional

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