Al declarar que respeta la soberanía y la política migratoria de República Dominicana, el embajador de Haití, Emmanuel Fritz Longchamp, presentó buenas cartas credenciales ante el presidente Luis Abinader. Como buen diplomático, Fritz Longchamp solicitó permiso de tránsito aéreo para 52 haitianos que viajan a Colombia.

El tráfico aéreo entre los dos países todavía está suspendido. Conviene a los dos países que la diplomacia y no la confrontación normen las relaciones entre ambos. Las repatriaciones de indocumentados haitianos ha tensado, sin justificación alguna, esas relaciones.

Autoridades haitianas han acusado al Gobierno dominicano, sin prueba alguna, de violar los derechos y vejar a nacionales del vecino país. El embajador Fritz Longchamp es también un valioso interlocutor para fortalecer y dirimir cualquier conflicto o mal entendido en las relaciones entre los dos países vecinos.

En los últimos tiempos República Dominicana ha sido altamente consecuente con la desgracia del pueblo haitiano. Desde llamar la atención en todos los foros internacionales hasta proporcionar ayuda humanitaria cuando las circunstancias lo han ameritado.

El diplomático haitiano allana el camino para fortalecer los nexos históricos, comerciales y culturales al reconocer la política migratoria como un derecho soberano de este país. Se trata de un importante punto de partida al evidenciar que su interés es apoyarse en la diplomacia y no en la confrontación.