Editorial

Burda distracción

Burda distracción

Como si hiciera falta otro motivo de distracción, se debate ahora si el ministro de Educación echó de su despacho a un grupo de diputados o si sólo se trató de un mal entendido causado por un extravío de agendas, aunque tal parece que ese incidente tendría más importancia que los problemas que confronta el inicio del año escolar.

Legisladores miembros de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados habrían solicitado una cita con el ministro Ángel Hernández, pero que a la llegada de los comisionados el funcionario habría dicho que había concedió audiencia a un solo congresista.

Se dice también que Hernández objetó el ingreso a su oficina de equipos de prensa que llegaron junto a los legisladores, quienes rehusaron permitir que desalojaran el salón, bajo el alegato de que acompañaban a representantes del “Primer Poder del Estado”.

Fue en ese momento cuando el funcionario advirtió que a él correspondía establecer el tipo de protocolo que debía aplicarse en el Ministerio de Educación, ante lo cual el grupo de diputados opto por retirarse, aunque una legisladora denunció ante el pleno de la Cámara Baja que el ministro los echó de su despacho.

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Causa mucho enojo que ante tantos problemas que deben afrontar el Gobierno y el Congreso, las partes confrontadas obliguen a la población a padecer tan deprimente espectáculo o ruido mediático, en vez de aunar esfuerzos para abordar las múltiples calamidades que afronta el inicio de la docencia pública.

En vez de indagar lo ocurrido con licitaciones de textos escolares por más de dos mil 500 millones de pesos, tildadas de irregulares por la Dirección de Compras y Contrataciones Públicas, se pretende reducir el debate público a determinar si un ministro expulsó de su oficina a un grupo de legisladores.

El titular de Educación y los diputados comisionados deberían averiguar dónde están las más de 150 mil butacas de un lote de 187 mil que la cartera educativa mandó a construir con previo pago, o ayudar a ubicar los casi 200 mil estudiantes que han quedado fuera de las aulas.

A la sociedad le tienen sin cuidado si el ministro botó de su despacho a esos legisladores o si salieron voluntariamente, pero rechaza con toda vehemencia tan burda distracción mediática en un escenario matizado por los cuantiosos daños causados por el huracán Fiona y por el desastre que ha significado el inicio del año escolar.

El Nacional

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