La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó ayer transformar la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad de Haití en una “Operación de Mantenimiento de la Paz”, a cargo de Naciones Unidas (ONU), para hacer más creíble el propósito pacificar esa nación, celebrar elecciones transparentes y restablecer el orden institucional.
Esa resolución de la OEA, aprobada por aclamación, coloca en manos de la ONU la jerarquía diplomática para asumir junto a la comunidad internacional iniciativas de naturaleza militar, económica y política para estabilizar a Haití y ayudar a rehabilitar sus instituciones jurídico-políticas.
La transformación de la misión de seguridad en una operación para mantener la paz ofrece a OEA y ONU un amplio marco jurídico y jerárquico que permitiría emplear contingentes de “cascos azules” para enfrentar bandas armadas que controlan casi todo Puerto Príncipe y gran parte del territorio de esa nación.
El embajador haitiano en la OEA, Gandy Thomas, dijo que la resolución presentada con el apoyo de Estados Unidos “trasciende los intereses de una sola nación, simboliza cohesión y las responsabilidades colectivas para guiar a Haití en el recorrido hacia la paz».
Como era de esperarse, República Dominicana respaldó la iniciativa haitiana, con el señalamiento de la embajadora Mayerlyn Cordero, de que Haití requiere de un compromiso sostenido y reestructurado que permita reconstruir sus instituciones y garantizar la seguridad de su población.
La aprobación de esa resolución se produce después del atentado terrorista perpetrado por vándalos que tirotearon un avión de pasajeros de la aerolínea Spirit, cuya tripulación tuvo que abortar el aterrizaje en el aeropuerto de Puerto Príncipe y del anuncio de destitución del primer ministro Garry Conille.
La dilatada crisis haitiana se ha vuelto incontrolable y se agrava aún más al paso de los días sin que la comunidad internacional de visos de voluntad política para afrontar con firmeza y determinación la situación de anarquía que prevalece en ese país.
El cambio aprobado en la OEA, de “Misión de Apoyo a la Seguridad de Haití, por el de “Operación de Mantenimiento de la Paz”, aunque no despierta mayores dosis de optimismo, debería convocar la atención internacional hacia el drama del pueblo haitiano, asolado por la violencia, criminalidad, hambre, marginalidad y desesperanza. O tal vez esa resolución es solo un cambio de imagen.