Las camisetas azules y los paraguas revistieron de un colorido muy singular la marcha del viernes convocada por la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) frente a la sede del Ministerio de Educación.
Ese toque traduce las intenciones de una marcha en demanda de mejorar los sueldos de los maestros pensionados y jubilaciones, seguro médico y otras reivindicaciones, y para la que al parecer se contrataron autobuses para trasladar a los participantes.
La única gran víctima de la manifestación no fue la docencia, sino el tránsito vehicular. El caos fue de antología tras la intervención de la Digesett con el cierre de varias calles e intersecciones.
Al tenerlo todo arreglado el presidente de la ADP, Eduardo Hidalgo, desistió de las negociaciones con el Ministerio de Educación para buscar una salida a las demandas del gremio.
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Pero tampoco escuchó los reclamos de sectores para que no se interrumpiera la docencia, una decisión que de acuerdo con Educa (Acción Empresarial por la Educación) también viola el pacto nacional para mejorar la calidad de la enseñanza.
En la manifestación concurrieron muchos elementos que por lo menos se prestan a suspicacias sobre los motivos para la protesta.
El ministro Ángel Hernández quiere que el país pida a la ADP que suspenda la interrupción de la docencia, pero otros le reclaman a él que aplique las sanciones que se contemplan a quienes atenten contra el sistema de enseñanza.