Es hora, por estar fuera de tiempo, de que se suspendan las precandidaturas presidenciales. Todos los partidos están inmersos en esa tarea, en franca violación de las decisiones de la Junta Central Electoral.

También hay un exceso de militantes partidistas que están en precampaña para senadores, diputados, síndicos y regidores. Hay que poner control, antes de que este proceso sea más traumático.

Aunque soterrada es una lucha frontal la que llevan a cabo todos los precandidatos, y muy en especial los del partido de gobierno, el Revolucionario Moderno. Los precandidatos a destiempo luchan de forma militante, tomando en cuenta que el presidente Luis Abinader no puede ir a la reelección.

Inclusive, muchos de los aspirantes son funcionarios del gobierno, que tienen la obligación de trabajar para garantizar las responsabilidades del cargo que tienen. En su momento, no ahora, deberán abrir puertas a las aspiraciones.

Siempre hay un movimiento traumático cuando en un partido el presidente no se puede reelegir, y toca a la máxima dirección saber conducir el barco por esas aguas impetuosas. De lo que se trata es de hacer el mejor trabajo para bien del país.

En el Partido de la Liberación Dominicana también están a flote las precandidaturas a la presidencia, y a los otros cargos, abriéndose un panorama difícil de controlar.

La prohibición de que Danilo Médina, presidente y máximo dirigente, pueda aspirar a la presidencia, abre brechas en los posibles acuerdos, pero el poder del dedo del presidente del PLD jugará un papel estelar al momento de escoger candidatos.

En la Fuerza del Pueblo la candidatura presidencial es de Leonel. Un partido echo a su imagen y semejanza que lo llevará de candidato presidencial, mientras aspire a ganar unos comicios.

Pero a nivel de senadores para abajo la pugna es notable en la Fuerza del Pueblo, donde unos buscan demostrar cuadros de popularidad, y otros esperando ser favorecidos por su líder.

Lo que se debe imponer es una acción de la Junta Central Electoral, llevando a que se respete la ley electoral y se suspendan las precandidaturas. Si es necesario se deben sancionar los partidos que violen los reglamentos del tribunal de elecciones.

El mantenimiento de la democracia exige y necesita orden y respeto, y lanzar precandidaturas a destiempo atenta contra la tranquilidad que en estos momento deben tener los dominicanos, al tiempo que se viola el seguimiento y acatamiento que se debe tener de la ley electoral.

Manuel Hernández Villeta