Editorial

 Carlos Fuentes

 Carlos Fuentes

Con la muerte de Carlos Fuentes, acaecida ayer a los 83 años, México y América Latina  pierden a un extraordinario intelectual y humanista, cuya prolífera obra literaria de estatura universal enriqueció a la lengua española y fue antorcha que recorrió los confines del mundo en reclamo de justicia social y prevalencia de la moral y la ética en la clase política.

 Como novelista, ensayista, cuentista, guionista y teatrista, Carlos Fuentes fue uno de los escritores  que ejerció mayor influencia sobre las letras  iberoamericanas desde las décadas finales del siglo XX  y sus libros, editados en decenas de idiomas,  son inquilinos permanentes en universidades, bibliotecas y objetos de análisis y   discusión en peñas literarias y políticas.

Autor de decenas de novelas, como La región más transparente, La muerte de Artemio Cruz, Terra Nostra y Aura;  cuentos y relatos, como Los días enmascarados, Cantar de ciegos y Agua quemada,  y ensayos,  entre los que se resaltan El Dragón y el Unicornio y El Espejo Enterrado,  Fuentes se sitúa entre   los escritores más prolíferos y universales  de la literatura latinoamericana.

Abogado, economista y politólogo, el extraordinario escritor mexicano puso todo su torrente intelectual al servicio de las mejores causas de los pueblos indígenas, de la lucha por la  democracia  de México y en auxilio de los perseguidos por regímenes tiránicos, como  fue en su papel de embajador  en Francia, donde  acogió a refugiados políticos.

Esta rada de Santo Domingo tuvo el privilegio de recibir a Carlos Fuentes, con motivo de la celebración de la Feria Internacional del Libro 2010, que fue dedicada a tan ilustre intelectual que  interactuó con escritores dominicanos y fue condecorado por el Poder Ejecutivo con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Caballero.

El inesperado deceso de Fuentes, a causa de una masiva hemorragia interna, ha conmocionado a la intelectualidad mundial y  provocado pesar en todos los  círculos políticos y diplomáticos, que reconocen en él a uno de los mayores exponentes de la literatura continental de todos los tiempos.

Los  excluidos y perseguidos de América lloran también  la muerte de  quien  desde su primera juventud luchó con  la palabra escrita y hablada por la redención de los pueblos oprimidos y la instauración desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia de una auténtica democracia política que ponga fin a la explotación del hombre por el hombre.

Como consuelo queda que la obra  de Carlos Fuentes sobrevive  a su muerte física, pues su novelística, ensayos, cuentos y relatos recrearán por  siempre la estética de una prosa singular y  el contenido humanista de  sus escritos, basados en  el sueño y anhelo de una sociedad justa. Paz a sus restos. 

El Nacional

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