Concreción de una alianza
Señor director:
Casi siempre se convoca a la unidad nacional como respuesta a una situación de grave crisis sociopolítica, emergencia nacional o amenaza a la seguridad del país. Por lo que para muchos formular este planteamiento fuera de este contexto es causa de extrañeza y asombro. Como si fuera necesario esperar que se dé una situación de gravedad nacional para hacer converger a las fuerzas vivas de la nación en un proyecto común. Como si se diera por sentado que solo podemos unirnos en la desgracia y no en la articulación de un proyecto unitario que nos acerque al bienestar colectivo.
La grandeza del liderazgo político nacional reside en obviar los comportamientos reactivos como las situaciones de urgencia y favorecer el accionar propositivo como lo es el llamado a acometer la necesidad de instaurar un gobierno que aglutine a todos los sectores interesados en lograr la realización de grandes objetivos comunes que propendan al desarrollo nacional.
La presentación de una propuesta política unitaria de gobierno, que rebase lo coyuntural y se afinque en un plan de desarrollo y en un modelo de nación, merece la consideración receptiva y la sosegada ponderación de todos los partidos preocupados porque la República Dominicana dé un gran salto hacia adelante en la dirección de producir las grandes transformaciones que necesitamos.
La formación de un gobierno de amplia base nacional debe estar sostenido sobre la más ancha plataforma política posible, la cual sirva de vehículo para la implementación de medidas desarrollistas que vayan en beneficio del pueblo dominicano en todos los ámbitos. La concreción de este logro fortalecería la democracia participativa de la República.
El ejercicio del gobierno que se instaurará a partir del 16 de agosto del año venidero, debería ser lo más incluyente posible. Pero dado que siempre habrá partidos u organizaciones contestatarias, reacias a los grandes acuerdos, sería mucho pedir el consenso absoluto de todas las entidades que inciden en la vida nacional, por lo cual para que dicha propuesta pueda cuajar será suficiente que sea refrendado por las principales fuerzas con representación congresual. Fuerzas que representen casi la totalidad del universo político que ha participado en las últimas elecciones y cuya vigencia hoy está fuera de duda.
De modo que este acuerdo de cogobernar el país es viable si se asume con desprendimiento y vocación de servicio en bien de la nación; si se anteponen los intereses generales a los particulares; si abandonamos la visión cortoplacista y la sustituimos por una visión de largo plazo, donde la continuidad del Estado sea la base sobre la cual se erijan planes de desarrollo que no estén sujetos a variables políticas coyunturales ni a cambio de gobierno.
Atentamente,
Ismael Reyes Cruz