Cartas
El béisbol y la politica
Señor director:
Vemos viejas alianzas como son: el que era glorioso y ahora es el cascarón de Miguel Vargas con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y el partido que le ha costado al pueblo en la deuda pública más de 40.1 % del Producto Interno Bruto (PIB) o 35 mil millones de dólares con el Gonzalo Castillo (El Penco), Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Hay hombres como el actual presidente Danilo Medina, quien se deleita de humillar con desprecio a los dominicanos, por someternos a vivir llenos de ignorancia y sin educación, exclama con mentiras fatales que le afectan a todos los dolientes, cuando dice: “El PLD ha sacado 1.8 millones de dominicanos de la pobreza, que en este país no se compran cédulas en las elecciones que son cosas del pasado”.
Este entiende que comprando voluntades de los más necesitados con 380 millones de pesos en electrodomésticos del Plan Social le asegura ganar en las próximas elecciones. Danilo cuenta con ministros como Iris Guaba, quienes están dispuestos a todo con tal de mantenerse en el poder.
Por otro lado tenemos la nueva amenaza de las alianzas tradicionales entre el Partido Revolucionario Moderno (PRM) de Luis Abinader, con más hambre de poder que los que están ahora mismo, y la Fuerza del Pueblo (LFP) “el otro PLD” con el tres veces presidente del país, Leonel Fernández que nunca resolvió nada y quien quiere seguir en el poder para seguir haciendo nada. Estos dos escenarios políticos representan un peligro nacional.
El fenómeno de lo no tradicional está de moda en el país, como pudimos ver que los Toros del Este dieron la gran sorpresa y se casaron con la gloria con los torneos de béisbol tanto el criollo y en la Serie del Caribe, así también el pueblo dominicano le dará el triunfo al único político no tradicional en las próximas elecciones presidenciales.
Atentamente,
Elvin Dominici
Tramos privados
Señor director:
Mucho se ha hablado de las calles con tramos privatizados por comerciantes y parqueadores, pero nada se ha hecho. Tampoco nada se ha hecho con los estacionamientos en áreas prohibidas. ¿Qué se espera para actuar? ¿Acaso una desgracia?
Atentamente,
Carlos Rodríguez
