Es tanto ruido que han provocado, que el escándalo de corrupción denominado Antipulpo, que tiene a un hermano del expresidente Danilo Medina, Alexis Medina, como principal imputado, se ha convertido en una prueba de fuego para las propias autoridades.

El titular de la Pepca (Procuraduría Especializada de la Corrupción Administrativa), Wilson Camacho, informó que está preparado para presentar acusación contra los imputados. Es evidente que tiene que ser así, pues lo contrario se prestaría a conjeturas.

A pesar de la afirmación de Camacho existen sus reservas, sobre todo cuando lo mismo se había dicho sobre casos que naufragaron en los tribunales, como Odebrecht, los Tucano y Los Tres Brazos.

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Si bien los casos fueron heredados de la gestión de Jean Alain Rodríguez Sánchez en la Procuraduría General de la República, quienes los llevaron fueron los actuales magistrados. Camacho anunció con mucha seguridad que tan pronto se resuelva la inhibición del juez Deiby Timoteo Peguero presentará las pruebas sobre el supuesto entramado de corrupción, estafa al Estado, sobrevaluación de equipos, alteración de documentos y lavado de activos contra los acusados.

A diferencia de otros escándalos el elemento político no ha ocupado un primer plano en la investigación, pero no es que tampoco ha estado ausente. Por los múltiples componentes un paso en falso sería fatal para la imagen del Ministerio Público.