Al tiempo de abogar por la pacificación de Haití, el Gobierno tendrá que emprender una campaña para demostrar que aquí no se discrimina a los nacionales de la vecina república.

El Gobierno de Estados Unidos, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y entidades como Amnistía Internacional insisten en sus quejas de que hasta dominicanos de ascendencia haitiana son discriminados en este país.

Si bien se sabe que un caso aislado no se puede tomar como muestra de una afirmación en la comunidad internacional se insiste falsamente en que aquí se violan los derechos de los haitianos.

En su informe 2022-23 Amnistía Internacional cuestiona hasta el derecho a la soberanía de este país al oponerse al muro fronterizo para controlar la migración irregular por la zona.

El presidente Luis Abinader ha clamado en todos los foros internacionales la necesidad de que se enfrenten las pandillas y las calamidades que han convertido a Haití en una bomba de tiempo. La preocupación caló hasta en la Cumbre Iberoamericana que se acaba de celebrar aquí, pero la respuesta no llega.

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Lo que se ha visto es la falacia de que organizaciones internacionales se valen de cualquier pretexto para acusar a República Dominicana de discriminar o violar los derechos de los inmigrantes haitianos. Se trata de una campaña o falsa percepción que tiene que rechazarse.