La neutralidad en la red

Se acerca el fin de la neutralidad en el internet, y con ella, si realmente entra en efecto dicha medida el próximo mes, tal como fue aprobada por la FCC, desaparecerá el uso del internet como lo conocemos.
Claro, si esto llegara a pasar –hay mucha resistencia por parte de un sector empresarial, de activistas opuestos a la medida e incluso por parte de congresistas demócratas– será un proceso gradual, pero eso si casi inevitable.

Porque después de todo, ¿qué hay detrás de esta revocación de la ley de neutralidad en la red? Un simple y desmedido afán de lucro. Eso es todo.

Ahora bien, para hacer todo esto más entendible, pongamos las cosas un poco más claras. ¿Qué es la neutralidad en la red?

Es el principio regulatorio impuesto por el gobierno de Estados Unidos que establecía que las grandes empresas de telecomunicaciones proveedoras de internet no podían restringir, bloquear o disminuir los datos o contenidos a los que el público general tenía acceso al navegar la web.

La revocación de esa ley –aprobada en 2015 durante el gobierno del expresidente Barack obama– por parte de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), ha abierto las puertas para que el acceso a la información, los datos o contenidos de la red sean categorizados y vendidos por separado a la población.

Es decir, en lo adelante y la nueva norma de la FCC esta pautada para entrar en vigencia el próximo 23 de abril, las empresas de telefónicas proveedoras de servicios de internet no estarán obligadas a proporcionar a sus clientes igual acceso a todos los contenidos legales disponibles en la web, independientemente de su fuente de origen.

Por lo tanto, y esto es un caso hipotético dado que nunca ha sido puesto en práctica, las telefónicas pueden limitar ciertos tipos de tráficos en la internet, por ejemplo, el servicio de ‘streaming’ o descarga de datos de Netflix u otra compaña pudiera hacerse más lento, dependiendo de qué tipo o categoría de servicio de internet tenga el usuario.

Eventualmente también, el servicio de ‘internet como un todo’ del que ahora disfrutamos pudiera ser categorizado o separado en paquetes de video, email, videojuegos y redes sociales, y luego cada uno de ellos vendidos por separado