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Cine y sociedad

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How The Grinch

Stole Christmas

 

La clásica historia infantil “Cómo El Grinch se Robó la Navidad” –How The Grinch Stole Christmas, esta de nuevo en el cine con una reactualización que si bien no podría competir con la calidad de las mejores
producciones de Pixar, es de todos modos, lo suficientemente entretenida, y hasta interesante.

El Grinch es una historia de ocasión, o más bien de temporada que solo llega como queda inferido en su título, durante la época de navidad. Esa es, tal vez, su mayor desventaja, aunque de cualquier modo, su
mensaje universal de amabilidad, compasión y aceptación traspasa épocas y fronteras.

Aunque la historia sigue siendo fiel, como debería ser, al relato corto escrito por Dr. Seuss (Theodore
Siegel), más de 60 años atrás, esta nueva versión de El Grinch incluye, sin embargo, una que otras pequeñas subtramas que elevan el film un poco más allá de la conocida línea argumental de cómo El Grinch se robó la navidad.

Es decir, esta vez la película no se limita a los preparativos y escaramuzas que pone en práctica el solitario y cascarrabias personaje para apropiarse de los adornos y regalos alusivos a la navidad, de los habitantes del pueblo de Whoville.

No. Ahora la historia, además de ofrecernos un poco del ‘background’ o pasado de El Grinch, o de las razones que dieron origen a su desdén y aversión por la navidad, también extiende y redefine el
personaje de la niña Cindy Lou Who.

Esta parte, por cierto, es uno de los aspectos más interesantes incorporados a la historia, por cuanto redimensiona el personaje y al mismo tiempo, intenta establecer una conexión emocional más fuerte
con los niños.

Ahora bien, hay dos elementos aún más destacados de esta reactualización de El Grinch. El primero es la textura visual de la película, la cual es innegablemente espectacular –obsérvese el realismo de la nieve,
por ejemplo, en el pueblo de Whoville, o los pelos en el cuerpo del inefable personaje.

El otro aspecto que uno no puede dejar de resaltar es el estupendo trabajo de vocalización realizado por el actor Benedict Cumberbatch. Su voz tiene profundidad y estilo, y es el reflejo de una ira contenida y un humor amargo y sopesado.

Así que, no cabe dudas, esta no será la mejor película del año, pero Illumination Entertainment ha hecho una trabajo digno y agradable, entretenido y visualmente impresionante.

El Nacional

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