La ciudadanía no para en reclamar que las autoridades investiguen las circunstancias en que se produjo la muerte de la niña Stephora Anne-Murcie Joseph, durante una excursión escolar en Santiago, infausto suceso que ha develado graves falencias en el sistema de prevención y protección de niños, niña y adolescente.
Stephora, de 11 años, murió el pasado 14 de noviembre en la piscina de la Hacienda Los Caballos, de la comunidad de Gurabo, durante un encuentro de alumnos del Instituto Leonardo Da Vinci, donde estudiaba, del que se ignora si contaba con la autorización requerida por el Ministerio de Educación.
La consternación provocada por esa tragedia ha servido para descorrer el telón de un escenario matizado por negligencia de las autoridades en la fiscalización de actividades extracurriculares fuera de los planteles escolares, prevalencia de acoso escolar (bulling), así como de maltrato de menores en centros de detención.
El fallecimiento de la niña Stephora, de origen haitiano, trascendió la frontera, con el pedido del Consejo Presidencial de Haití para que las autoridades dominicanas apliquen debida diligencia y transparencia en lo que define como riguroso desarrollo y conclusión de la investigación sobre su deceso.
A pesar de la vigencia del Código de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes y de normativas del Ministerio de Educación contra el acoso escolar, la realidad de menores estudiantes o en conflictos con la ley que padecen acoso escolar, sexual, maltrato físico o exclusión, contrasta con el ordenamiento jurídico y educativo.
De la niña Stephora, cuya muerte acongoja a familia y sociedad, sobreviven sus reflexiones grabadas a viva voz sobre la situación de bulling que padecía y sobre su anhelo de desarrollar sus potencialidades en un ambiente de paz, igualdad y justicia, aspiraciones frustradas por una muerte cuya causa corresponde a las autoridades esclarecer.
Guiada por el deceso de esa menor, la prensa ha develado casos indignantes sobre niñas encerradas con adultas en destacamentos policiales y de adolescentes objeto de abusos físicos y mentales en centros de reclusión de menores, convertidos en infiernos carcelarios, por lo que en no pocos casos, se confunde la escuela con la cárcel.
Al Ministerio Público corresponde realizar una investigación prístina que abarque a todos los responsables de la fatídica excursión escolar, en la cual murió la niña Stephora, porque la sociedad reclama saber si entre las causas de ese deceso afloran inobservancia, negligencia o algún tipo penal relacionado con accionar delictuoso o criminal.

