Aunque todavía no se puedan adelantar conclusiones la colisión de dos vagones del Metro que dejó trece heridos ha comenzado a despejarse.

Por lo menos se ha establecido, de acuerdo con la Opret (Oficina para el Reordenamiento del Transporte), que la causa fue humana y no técnica.

Por la connotación del suceso las investigaciones se realizan con apoyo de expertos internacionales.

Los datos preliminares arrojan que hubo varias violaciones a los protocolos de operaciones de uno de los conductores de los trenes que chocaron el sábado a las 11 de la mañana.

El conductor no fue identificado, pero la Opret dijo que labora en la entidad desde 2012 y que por el currículum alcanzó la posición. Tras el incidente los guías de los dos vagones fueron detenidos para ser interrogados y después dejados en libertad.

Las faltas que le atribuye se habrían producido en corto tiempo de la movilidad del tren en vía contraria, por lo que se activó el sistema de seguridad y la velocidad se limitó a solo 20 kilómetros por hora.

Al ver la situación el otro conductor, según la Opret, se detuvo a 268 metros de la estación Mamá Tingó. Alienta que el suceso se aclare.