Editorial

Competitividad

Competitividad

República Dominicana no ha avanzado ni retrocedido en el informe global 2013-14 de competitividad del Foro Económico Mundial. Si su posición en la tabla rondara el promedio no habría lugar para la inquietud que supone el estancamiento en el puesto 105 entre 148 países. Y peor todavía cuando la corrupción es citada como el principal obstáculo para invertir y hacer negocios en esta nación.

Será muy cierto que para superar el estancamiento se requiera de un pacto entre los sectores público y privado para abordar una reforma estructural. Pero muchos de los inconvenientes que se citan en el informe en cuestión tienen que ver con la política y la ineficiencia o negligencia de las autoridades gubernamentales para enfrentar algunas lacras administrativas.

De acuerdo con el índice, entre las tareas pendientes que tiene el país están eliminar el favoritismo en las decisiones públicas, un uso adecuado de los recursos del erario y una burocracia más eficiente. En cuanto al acceso al crédito, las tasas impositivas, la regulación de las relaciones laborales y otros elementos procede que se piense en un acuerdo como el que se ha planteado para los sectores educativo y eléctrico.

Desde 1979 el Foro Económico Mundial analiza las políticas y factores que inciden en las economías. Sobra advertir que el informe tiene un valor extraordinario. Se trata de la guía a que apelan los inversionistas para colocar sus capitales. No por casualidad los países más atrasados son precisamente los que más riesgos representan para la inversión extranjera, sea por burocráticas, inafraestructuras inadecuadas, bajo nivel de las fuerzas productivas o por la inestabilidad social y política.

Las ventajas que se destacan no son, por si las moscas, ningún consuelo, si se comparan con el impacto y la magnitud de los problemas. La gran tarea que tienen ahora por delante las autoridades es superar sustancialmente un estancamiento que ensombrece el clima para hacer negocios en el país. En algunos  aspectos es obvio que las señales tienen que ser más creíbles y concretas.

El crecimiento de la economía no es suficiente para presentar el panorama más favorable para la inversión económica. Cierto es que algunos países de la región se han mantenido relativamente estables en el índice de competitividad, pero la diferencia está en que sus posiciones están dentro de un promedio aceptable y no tienen los obstáculos que se atribuyen a República Dominicana.

La inseguridad ciudadana y la violencia son problemas comunes en la mayor parte de la región. Pero no es ningún secreto que el costoso y deficiente servicio eléctrico es de por sí suficiente para afectar el índice de competitividad, sobre todo en comparación con otras naciones de similares condiciones económicas y sociales. Las autoridades y los grupos de poder tienen que dar la más objetiva de las lecturas al informe del Foro Económico Mundial.

El Nacional

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