La muerte de Víctor Hugo Gómez Vásquez, quien había sido sindicado como autor intelectual del atentado en que resultó herido el expelotero David Ortiz, en junio de 2019, crea más inquietud sobre la ola de crímenes ocurrida en estos días.

Gómez Vásquez, de 47 años, y quien había sido reportado como desaparecido, fue encontrado sin vida al lado de una cañada en La Guáyiga, Pedro Brand, con un disparo en la cabeza.

Si bien fue descargado en 2022 por insuficiencia de pruebas del caso de David Ortiz, Gómez Vásquez declaró que temía por su vida.

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Tras las muertes de dos militares y un civil en un supuesto intercambio de disparos con la Policía durante un operativo en el 12 de Haina, una ola de crímenes con sello perturbador se propaga por el país.

Las autoridades han rodeado de un velo de misterio la aparente ejecución de las tres personas, a quienes se vinculó con una red de narcotráfico, secuestro, extorsión y otros delitos.

En un video se ve que las víctimas habían sido detenidas y esposadas antes de la versión del “intercambio” de disparos. Otros casos perturbadores han sido el de las tres personas muertas en una yipeta en Nagua, dos en el ensanche Isabelita y uno en una cancha de baloncesto en Cristo Rey.

Llama la atención que la Policía por lo regular atribuye a intercambios de disparos los casos en que participan sus agentes o en su defecto de ajustes de cuentas. Si no hay presión de la opinión pública los crímenes, con todo y la perturbación que causan, quedarán impunes.