El malestar que se ha generado con las decisiones de dos fiscales a favor de una exmagistrada y cuatro agentes de la DNCD acusados de abusos de poder, así como de un feminicida en San Francisco de Macorís comprometen la gestión de Miriam Germán en la Procuraduría General de la República.

Ha resultado muy suspicaz que el procurador de la Corte de Apelación de Montecristi, Antonio de Jesús Báez Tapia, desistiera del proceso contra la exfiscal Carmen Lisett Núñez y los agentes de la DNCD acusados de colocar drogas en una peluquería de Villa Vásquez por supuesta ausencia de indicios y de desinterés de las víctimas.

Ni una cosa ni la otra han resultado ciertas. En medio del malestar ha estallado el escándalo con la solicitud del fiscal de San Francisco de Macorís de variar la prisión por garantía económica a un hombre acusado de matar a su mujer de 297 puñaladas.

Tras la petición del fiscal Engels Luis Polanco y la decisión del magistrado de Montecristi ha cobrado fuerza una corriente que demanda de Germán propiciar una exhaustiva depuración del Ministerio Público.

Se recibió como una sensible estocada la solicitud de Polanco a favor de Eusebio Rosario Hernández, quien luego de ultimar a Carmen Paulino depositó el cadáver en la cisterna de la residencia que compartían.

No son los únicos casos. Si bien hay una investigación en pie sobre las cuestionadas decisiones, además de la investigación hay quienes insisten en una profilaxis en el Ministerio Público.