Después de frenar la economía durante el primer trimestre de 2013 a niveles de 2009 cuando el crecimiento se redujo a un 1% del Producto Interno Bruto (PIB), al Gobierno le ha llovido una especie de maná del cielo y ahora dispondrá de muchos miles de millones de pesos y dólares para invertir, reactivar la economía e impulsar el desarrollo social.
Por el acuerdo con Barrick Gold ingresarían al Fondo General de la Nación unos dos mil 200 millones de dólares, durante el periodo 2013-2016, que calculados a una tasa de cambio del 40 por uno, ascendería a 88 mil millones de pesos, suma que, dividida entre los 38 meses que restan de gobierno, equivale a un ingreso mensual adicional de unos 2,315 millones de pesos.
De los 15 mil millones de pesos que sobraron por el excesivo control del gasto durante el periodo enero-marzo, el Gobierno anunció la inversión de nueve mil millones en obras de infraestructura con vocación de generar empleos e inyección de recursos para estimular el crédito agropecuario y a las Pymes.
La Junta Monetaria ha concedido permiso a la banca comercial para disponer una expansión del crédito por RD$20,303 millones, destrabados del encaje legal, que serían usados para conceder préstamos a tasa del 9% anual a los sectores construcción de vivienda, agropecuaria, manufactura, pequeña y mediana empresas y consumo, lo que supone una inyección de vitamina para promover empleo y dinamizar las actividades de venta y consumo.
No se conoce de otra economía de Centroamérica y el Caribe que en medio de una turbulencia matizada por elevado déficit fiscal y baja en las recaudaciones, le ingrese en promedio mensual de unos cuatro mil 731 millones de pesos, incluido los 20 mil millones del encaje legal y los nueve mil millones previamente anunciado en inversiones.
Se resalta que los fondos que ingresarían a la economía por vía del acuerdo con Barrick Gold, el ahorro fiscal del primer trimestre y los 20 mil millones del encaje legal bancario, no proviene de ninguna forma de financiamiento ni a causa de alguna fatídica reforma fiscal, por lo que se trata de dinero sano con enorme vocación de promover desarrollo y generar empleo.
El Gobierno no puede o no debería usar un solo centavo de esos recursos para conjurar déficits del sector eléctrico o completar el pago del servicio de la deuda externa, porque eso sería aún más catastrófico que si tales recursos no fueran registrados en las cuentas nacionales.
El presidente Danilo Medina es un cristiano con suerte, pues apenas en la víspera su gobierno no disponía de recursos para emprender nada importante, pero de repente ha llovido un maná sobre la economía que representa unos 117 mil millones de pesos (88 mil de la Barrick, 20,000 del encaje legal y nueve mil de ahorro fiscal), igual a 2,925 millones de dólares. ¡Buen provecho!