Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

I

Ayer domingo 25 de noviembre, se cumplieron 58 años del asesinato de las hermanas Mirabal. Minerva, Patria y María Teresa y de su amigo y compañero Rufino de la Cruz, que conducía el vehiculo en el que viajaban desde Puerto Plata, después de haber visitado en la cárcel a sus esposos, fundadores del Movimiento Revolucionario Clandestino 14 de Junio, develado por el Servicio de Inteligencia Militar, SIM, del régimen dictactorial que encabezaba Rafael Trujillo Molina.

Este crimen injustificable, inexplicable y abusador, conmovió profundamente los sectores más importantes del pueblo dominicano. Y es necesario dejar establecido que solamente la autoridad de Trujillo podia ordenar un hecho de esa naturaleza. Crimen que fue ejecutado bajo las órdenes directas de Alicinio Peña Rivera, capitán del Ejército y jefe en el Cibao, el Nordeste y la Línea Noroeste, del agresivo organismo de inteligencia del gobierno.

Víctor Mármol, que es un excelente y veterano periodista, publicó en Listín Diario del viernes 23 un excelente articulo que lleva como título “El crimen de las Mirabal”; en ese trabajo menciona los nombres de todos los que participaron en ese acto. Desde el 12 marzo de 1956, por ordenes de Trujillo, fue secuestrado en una estación del Metro de Nueva York, el abogado y catedrático universitario Jesús de Galindez, que fue trasladado a Santo Domingo por avión y ejecutado, según se ha confirmado, en la Hacienda Fundación, en presencia del mismo autor de su secuestro, cuando el autor de esta columna tenía 20 años de edad.

Episodio que ocurrió cuando desempeñábamos las funciones de secretario en el bufete de abogados de Rafael Augusto Sánchez Ravelo, ubicado en la casa No. 47 de la calle Sánchez de la ciudad de Santo Domingo, y al informar a Luis del Castillo Morales, mi maestro profesional, ligado por vínculos de familia, así como a Rafael Augusto Sánchez, hijo, Papito, Rafael Ramón Ellis Sánchez, Pupito, José Aníbal Sánchez Fernández, Manuel González González, el Gallego, Augusto Luis Sánchez, Augustico, y Rafael Estrada, la información que habíamos recibido por vía de periodistas amigos del secuestro de Galíndez, al hablarles, afirmé: “Trujillo ha perdido la precaución de los asesinos, porque es un desafío al gobierno de Estados Unidos, secuestrar a un profesor de la Universidad de Columbia, centro académico que preside el general Dwight D. Eisenhower, el gran héroe estadounidense de la Segunda Guerra Mundial”.

Poco tiempo después, fue asesinado el capitán piloto de la Aviación Militar Dominicana, AMD, Gustavo de la Maza, alias Tavito, supuestamente implicado en el traslado de Galíndez, por avión, desde la ciudad de Dajabón en la Línea Noroeste a Santo Domingo.

A mediados de 1959 , el 14 y 19 de junio se llevaron a cabo la expediciones de Constanza, Maimón y Estero Hondo y con la excepción de cinco, más de cien expedicionarios, apresados en las montañas de la Cordillera Central y en la provincia de Puerto Plata, fueron fusilados por ordenes de Rafael Trujillo Martínez, Ramfis, presentándose allí personalmente Rafael Trujillo Molina, quien abandonó el sitio prácticamente arrastrado por su hijo quien fungía como Jefe de Estado Mayor de la Aviación Militar Dominicana, AMD.

En términos históricos, la responsabilidad de ese crimen injustificable es de Rafael Trujillo Molina, al cual vino a sumarse el 25 de noviembre de 1960 la muerte de las hermanas Mirabal y Rufino Martínez, que impusieron la necesidad del ajusticiamiento del férreo dictador que tenía más de 30 años gobernando al pueblo dominicano.

El Nacional

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