En un giro inesperado de los acontecimientos, muchos países europeos han decidido ponerles un freno a los turistas, y eso, mis amigos, es una gran noticia para nosotros en el Caribe.
Este fin de año, mi esposa y yo decidimos zambullirnos en la aventura y nos embarcamos en un crucero por el Caribe desde Florida, tocando bahías de ensueño como Bahamas, Puerto Rico y Puerto Plata.
La nave con bandera italiana y tripulación mayoritariamente simpáticos filipinos e indonesios, también conocimos de dominicanos que se encargaban del entretenimiento, bares y tiendas.
Cada noche, tres orquestas nos deleitaban, y ¡vaya que los turistas europeos se lanzaron a bailar! Merengue, salsa y, por supuesto, ¡la bachata se apoderó de la pista!
Llegamos a San Juan, Puerto Rico, justo cuando la nueva gobernadora estaba tomando posesión.
El caos reinaba en el tránsito y nosotros, como verdaderos exploradores, caminamos un montón entre un gran despliegue policial.
Pasamos justo frente al palacio de Gobernación cuando ella descendía. También gente que lanzaban loas a Luis Abinader.
Puerto Plata, en su privilegiada ubicación en el norte, es un imán para los cruceros. Pensábamos que lo conocíamos todo, pero nos sorprendió gratamente el Puerto Taíno.
¡Era como un pequeño paraíso! Playita, piscinas y más de 50 opciones de bares, restaurantes y joyerías, donde los turistas podían pasear sin ser acosados por los vendedores ambulantes.
Puerto Rico y Bahamas tenían diez cruceros simultáneamente y, nosotros solo uno. Pero nuestro potencial es inmenso; solo falta extender esa franja costera hasta el fuerte y embellecer las casas de alrededor.
Aunque hay playas y ríos, imaginen lo increíble que sería incluir la licorería Brugal y extender el teleférico hasta el puerto. ¡Eso sí que sería un planazo!
En el barco, conocimos a una pareja de mexicanos que buscaba algo diferente, así que les recomendé probar el pescado fresco en las pescaderías de Maimón. ¡Y vaya que les fue bien! Regresaron encantados, contándome que, aunque no había turistas, la comida fue espectacular y muy económica,
Los precios de los cruceros varían según la línea y la temporada, hay que estar atentos a las ofertas. Y no olvidemos a los amantes de los casinos, que suelen ser bien recibidos.
En fin, los precios son parecidos a los hoteles de la costa Este. ¡Así que anímense! Cada año, ¡hay que darse la oportunidad de vivir una experiencia así!