Los procesos judiciales representan una pesada cruz con la que el expresidente Donald Trump tiene que cargar en su largo camino para retornar a la Casa Blanca.

A pesar de que es favorito para ganar la nominación por su partido Republicano y una encuesta lo coloca cabeza con cabeza con el presidente Joe Biden en los juicios podrían cerrarle el paso.

Además del proceso por los incidentes del 6 de febrero de 2020, Trump tiene abierto otros casos comprometedores. Ha rechazado y calificado de caza de brujas el proceso por supuesta conspiración para defraudar a Estados Unidos, conspiración para obstruir un procedimiento judicial, conspiración contra derechos y por tentativa para interrumpir la acción de la justicia.

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Por la incidencia de Trump todos los casos plantean sus interrogantes en la medida en que cada uno está ligado a la suerte del sistema institucional de Estados Unidos.

Trump ha pataleado pero no se ha resistido a comparecer ante los tribunales. Una condena, que marcaría un precedente en la historia estadounidense, supone el fin de Trump en la carrera por retornar a la Casa Blanca, pero la absolución le despejaría el camino.