Orlando Jorge Mera y Miguel Cruz
Santo Domingo.- Miguel Cruz, de 56 años, amigo de infancia del fenecido ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, salió de su casa aproximadamente a las 9:41 de la mañana con maleta en manos y lo que parece ser un arma de fuego.
Llegó a las instalaciones del Ministerio, ubicado en la avenida Cayetano Germosén y pidió hablar con el funcionario.
Según testigos, Cruz se mostraba alterado y un tanto perturbado, por lo que los trabajadores le preguntaron a Jorge Mera si necesitaba seguridad, a lo que este contestó “no se preocupen, que Miguel es mi amigo”, acto seguido, este cerró la puerta de su oficina, quedando a solas con su victimario.
Luego de una acalorada discusión, Mera recibió múltiples impactos de bala por parte de Cruz, quien salió de las instalaciones del Ministerio poco antes de las 12:05 del medio día sin dejar rastro.
Mientras todos pensaban que el homicida aún se encontraba en el edificio, este se dirigió hacia la Iglesia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, ubicada en la urbanización Real, a pocos kilómetros del lugar donde había cometido el crimen.
Agitado, Cruz llegó a la recepción de la iglesia en donde pidió a un empleado hablar con el sacerdote, quien casualmente se encontraba en la iglesia en ese momento, por lo que pudo recibirlo de inmediato.
Ya en su presencia, Cruz confesó al padre José Arismendi de León: “padre, he venido a entregarme, maté a una persona”, entregándole también el arma con la que poco antes había matado a Orlando Jorge Mera, sin especificarle el nombre de su víctima.
Luego de la confesión en la que explicó al cura los motivos que lo llevaron a cometer el crimen, le externó su deseo de contar con la presencia de la prensa; a lo que de León le respondió “esto no es de la prensa, es de las autoridades”.
Pese a la expresión del sacerdote, el matador insistió en que quería contar con la prensa para tener garantía de que su vida no corría peligro, a lo que el padre le contestó que estando en la iglesia no lo iban a matar.
De inmediato, se llamó a un feligrés, quien tenía conexiones en la Policía Nacional, para que se pusiera en contacto con las autoridades.
Para ese momento, en todo el país ya circulaba la noticia de que el Ministro se encontraba herido y se rumoraba su posible muerte.
Mientras todo esto ocurría, Miriam German Brito, procuradora general de la República, dispuso de inmediato que un gran equipo de fiscales, encabezado por la procuradora adjunta Yeni Berenice Reynoso, directora general de Persecución del Ministerio Público, se presentara al lugar del hecho en las instalaciones de Medio Ambiente.
Para la 1:44 de la tarde, la muerte de Jorge Mera ya se había confirmado.
Desde el Ministerio, Reynoso estableció contacto vía telefónica con Cruz, quien le dijo que se entregaría si el Ministerio Público le garantizaba la vida; minutos después se trasladaron a la Parroquia la procuradora adjunta, así como el mayor general Eduardo Alberto Then y el general Amauri Van Troi Tejada Cruz, responsables de la Policía Nacional y de la Dirección Central de Investigación (Dicrim), respectivamente.
Luego de hacer el levantamiento de las evidencias, siendo las 3:54 de la tarde, el Ministerio Público y los investigadores trasladaron al imputado a la Dirección General de Persecución en donde un equipo de fiscales comenzó a trabajar junto a la Fiscalía del Distrito Nacional para la presentación de cargos preliminares.
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El Ministerio Público maneja la teoría inicial de que se trató de un asesinato y ahonda en las investigaciones para determinar las circunstancias del mismo y para la presentación de cargos contra el imputado ante los tribunales.
Luego de ocurrido el hecho de sangre, unidades policiales y militares tomaron el control de la sede del Ministerio de Medio Ambiente y sus alrededores.
