Cuando Pochy dice que tiene un alter ego, le creemos. Conocerlo o verlo, deja convencido de que es una persona extremadamente tranquila, amante de la paz y hasta un poco tímido. Pero cuando sube a tarima la cosa cambia y tal como afirma “me entra una energía que no sé de dónde viene”.
Ese hombre tímido, que su familia califica de sereno y lento; prefiere en su tiempo libre los ambientes tranquilos, pero en tarima se vuelve enérgico, con un ímpetu tan grande que reconoce que cuando se ve a sí mismo en televisión o videos, no cree que sea él.
A la pregunta de ¿cómo se mantiene el entusiasmo cuando se cumplen ya 35 años de carrera? El Cocotú Mayor responde que esto se logra con un enorme deseo de querer crear y mantener el estilo de la Cocoband en las nuevas generaciones.

“Ese entusiasmo de seguir manteniendo la esencia y combinar este estilo con otros ritmos para darle un toque diferente y adaptarlo con la nueva sonoridad tecnológica, sin perder la esencia; es lo que me mantiene con esta energía y este entusiasmo”, agrega.
Han sido 35 años llenos de logros para Pochy y su orquesta, que son referentes musicales del merengue desde finales de los 80.
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En este tiempo consiguieron el respeto para la Cocoband y del ritmo, venciendo las críticas del principio porque rompieron los esquemas establecidos hasta el momento, aunque siempre mantuvieron como norte la calidad.
Relevos responsables
El intérprete de Salsa con coco dice sentirse bien representado en la nueva generación de merengueros, resaltando como relevos responsables y con un impresionante talento a Rafely, Manny Cruz, Gabriel, entre otros.
Registro único
Sobre su insistencia en que exista una política de Estado para apoyar al merengue, el merenguero explica que el país no tiene un registro único de artistas, donde estén registrados de manera formal. Y si no se tiene un censo, una data que diga cuántos pianistas, cantantes y otros géneros hay, pues el Estado se le imposibilita hacer políticas para ese sector. No solo con la música, sino con todo lo que es la clase artística.
Recuenta que las orquestas en el país se formaron de manera silvestre, sin dirección, sin política ni leyes que los ajustara a formar una empresa, por lo que la mayoría de los músicos recibían el dinero en efectivo y los primeros en tener oficina fueron Jhonny Ventura y Wilfrido Vargas.

El ritmo se internacionalizó y el estado debió formalizar eso y orientarlos. Evolucionó el merengue y esos grandes músicos que aportaron tanto al ritmo, quedaron atrapados sin una seguridad social.
Hoy tienen limitaciones físicas o padecen de condiciones como diabetes, hipertensión, o del hígado y no tienen cómo tratarlas y viven a expensas de lo que le puedan dar sus hijos, y eso no es digno cuando se ha aportado tanto.
“La gente dice: ¡Ah es que se bebió todo lo que se ganó! Pero en la medida en que se produce se gasta, porque nisiquiera tuvieron orientación”, dice.
“Hay artistas no videntes, el Estado debe mandar a hacer partituras en brayle, que existen en otros países, que no necesariamente son tan ricos. Pero nos hace falta una ley de música que regule que por ejemplo, los dueños de radio puedan poner, bajo un incentivo fiscal, la cantidad de música nacional que pongan.
La celebración
Para celebrar los 35 años de Pochy y la Cocoband, se prepara un gran encuentro con esta orquesta este jueves 28 de diciembre, en el teatro La Fiesta del hotel Jaragua, bajo la producción artística de Edilenia Tactuk y producción ejecutiva de Mon Lluberes, David Jiménez y el mismo Pochy.
Será como un encuentro entre amigos, en el que se cantará y revivirán las anécdotas, adelanta. La cita es a las 9:00 de la noche y las boletas pueden comprarse en Uepa Tickets y sus lugares establecidos.