Editorial

¡Cuidado, mucho cuidado!

¡Cuidado, mucho cuidado!

Editorial

Lo primero que deberían saber los residentes del Distrito Nacional y de la provincia La Altagracia es que el decreto presidencial que levanta el toque de queda en esas demarcaciones no significa el fin de la pandemia ni tampoco que  la tierra dejará de girar dentro de cinco días.

Lo que en realidad se ha liberado es el tiempo comprendido entre las 12:00 de la medianoche y las 5:00 de la mañana, restricción de movilidad que se mantiene para las demás provincias, cuyas poblaciones aún no completan el 70% de vacunación.

La población está compelida a no bajar la guardia respecto al protocolo de prevención de contagio y a  acudir a los centros de vacunación a inocularse o completar las dosis requeridas, en el entendido de que levantar horarios de restricciones eleva, no reduce, el riesgo pandémico.

Ese decreto mantiene la obligatoriedad de uso de mascarillas en lugares públicos y privados de uso público, limita la venta de alcohol hasta la medianoche y condiciona las actividades masivas  previo permiso de las autoridades. No hay, pues, razones para volverse locos.

Año escolar

Las autoridades despidieron por todo lo alto el convulso año escolar, sin  determinarse claramente si la fiesta fue por su exitoso desempeño o porque el calendario escolar llegó a su fin.

El presidente Luis Abinader ha proclamado que cumplió su promesa de garantizar que el  Año Lectivo no sería suspendido a causa de la covid-19, que se realizó de manera  virtual, con una  gran inversión de recursos financieros y técnicos. Cualquiera que sea el resultado de un necesario proceso de evaluación de  esa  experiencia  educativa, se requerirá que el primer trimestre del Año Lectivo 2021-2022, que será presencial, se emplee en suplir falencias o lagunas derivadas  del calendario anterior.

Las autoridades tienen el compromiso de gestionar que la población estudiantil entre los 12 a 17 años reciba las dos dosis de vacuna anticovid antes del reinicio de docencia, en tanto que el Ministro de Educación debería tener a mano su mentado “Plan B”, para que no lo sorprenda un no deseado rebrote pandémico.

El Nacional

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